Mas Amando a Dios con la MenteMuestra

Una mente que teme a Dios

Seis veces en Deuteronomio, la intención de Dios para Israel se centró en adquirir el temor del Señor. Por ejemplo,a menudo leemos la frase, "para que aprendas a temer siempre al Señor tu Dios" (14:23). En 4:10, Dios le ordenó a Moisés: "Reúneme el pueblo para que yo les haga oír mis palabras, a fin de que aprendan a temerme todos los días que vivan sobre la tierra y las enseñen a sus hijos”.

En Deuteronomio, los temerosos de Dios fueron tipificados por un reconocimiento intelectual de la voz de Dios expresada como sus palabras, mandamientos y estatutos. Desde el punto de vista del comportamiento, aquellos que poseían una mente "andar en sus caminos" (8:6), "allegarás a él" (10:20), "escucharéis su voz" (13:4), "guardando cuidadosamente" la palabra de Dios (17:19) y "quitarás el mal de en medio de ti" (21:21).

De manera similar, a lo largo del Antiguo Testamento, el temor piadoso significaba humildad intelectual y piedad ética tipificada por Proverbios 3:7, "No seas sabio a tus propios ojos, teme al Señor y apártate del mal".

Hoy, ¿también nos guía el temor de Dios? ¿Podemos tú y yo señalar decisiones, acciones o deseos que no aceptamos porque sabíamos que deshonrarían al Señor? ¿O podemos tú y yo señalar decisiones o acciones que tomamos que, de hecho, deshonraron al Señor?

Cuando no tememos al Señor en pensamiento y obra, debemos recordar la oración de confesión del Libro Anglicano de Oración Común:

Dios misericordioso, confesamos que hemos pecado contra ti en pensamiento, palabra y obra, por lo que hemos hecho y por lo que hemos dejado de hacer. No te hemos amado con todo nuestro corazón; No hemos amado a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Lo sentimos de verdad y nos arrepentimos humildemente, por el bien de tu Hijo Jesucristo, ten piedad de nosotros y perdónanos; para que nos deleitemos en tu voluntad, y andemos en tus caminos, para gloria de tu nombre. Amén.