Mas Amando a Dios con la MenteMuestra

"¡Pruébame y conoce mis pensamientos!"

Dios es omnisciente. Él conoce todos nuestros pensamientos (hablados y no hablados). El Salmo 94:11 proclama, "El Señor conoce los pensamientos del hombre, sabe que son solo un soplo”. De manera similar, el Salmo 139:2b dice, "desde lejos comprendes mis pensamientos". Dios declara, " yo conozco vuestros pensamientos” (Ezequiel 11:5).

Sin embargo, Dios no se limita a observar pasivamente, sino que escudriña nuestra actividad intelectual, en tiempo real, las 24 horas del día, los 7 días de la semana. Se utilizan varios términos para expresar esta actividad: probar, buscar, escudriñar y examinar. El Señor declara, "Yo, el Señor, escudriño el corazón, pruebo los pensamientos" (Jer 17:10). Otros testifican acerca de él, "Si dices: ‘Mira, no sabíamos esto’. ¿No lo tiene en cuenta el que sondea los corazones? (Prov 24:12a).

En el Antiguo Testamento, la piedad mental aparece en peticiones sinceras que invitan a la prueba divina. Estas son oraciones para la purificación intelectual y motivacional. David imploró al Señor, "Examíname, oh Señor, y pruébame; escudriña mi mente y mi corazón” (Salmo 26:2). El Salmo 139:23 dice, " Escudríñame, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis inquietudes”.

Quizás la expresión más conmovedora de la piedad intelectual es el Salmo 131:1–2:

Señor, mi corazón no es soberbio, ni mis ojos altivos; no ando tras las grandezas, ni en cosas demasiado difíciles para mí; sino que he calmado y acallado mi alma; como niño destetado en el regazo de su madre, como niño destetado reposa en mí mi alma.

¿Tú, pensador cristiano, oras de esta manera también sobre lo que piensas y por qué?