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30 Días en Los Salmos

DÍA 30 DE 30

Día 30: Salmo 146

El Libro de Salmos concluye con un conjunto de cinco oraciones “aleluya”, cantos de júbilo, alabanza y gratitud que involucran a todo el pueblo de Dios y, de hecho, toda la creación. En la primera de estas, el poeta-orador se dirige a su propia alma con un recordatorio (“Alaba, alma mía, al Señor”, v. 1) y se compromete a alabar al Señor toda su vida (v. 2). El Salmo 146 está enmarcado entre “aleluyas” (normalmente traducidas como “alaba al Señor”)—el compromiso individual del poeta al inicio y un llamado final a que todo Israel se una en la alabanza (v. 10).

Dentro de ese marco, el salmista reúne algunos de los temas centrales que han caracterizado la colección entera de oraciones en el salterio. En el centro del escenario en el Salmo 146 está la gran pregunta que se halla en el corazón de la adoración: ¿Dónde depositará su confianza el pueblo de Dios? Como el Libro de Salmos ha insistido desde el principio, existen solo dos maneras contrastantes de responder esa pregunta. La primera opción es confiar en líderes humanos (vv. 3–4). Esta opción se descarta aquí, como ha sido descartada a lo largo del libro, como algo necio e infructuoso, porque los líderes humanos no pueden ofrecer ayuda verdadera. “Exhalan el espíritu y vuelven al polvo, y ese mismo día se arruinan sus planes” (v. 4, NVI).

La segunda opción es confiar en el Señor, con resultados totalmente diferentes: “Dichoso aquel cuya ayuda es el Dios de Jacob, cuya esperanza está en el Señor su Dios, que hizo el cielo y la tierra” (vv. 5–6). La oración sigue, presentando las razones para confiar en este Rey, "que el Señor reine para siempre" (v. 10): él es eternamente fiel, justo, generoso, liberador, sanador, restaurador y hospitalario. En él, hay provisión extravagante para los oprimidos, los hambrientos, los prisioneros, los ciegos, los que se sienten aplastados, los justos, los extranjeros, los huérfanos y las viudas. ¿Qué otra respuesta podría haber ante este Dios, sino solo un grito de “¡aleluya!”?

¡Hoy es un buen día para levantar una aleluya al Rey que reina para siempre!

Escrituras

Acerca de este Plan

30 Días en Los Salmos

La mayoría de las Escrituras son la palabra de Dios dada a los seres humanos, pero el Libro de los Salmos registra palabras humanas dirigidas a Dios. Estas oraciones y canciones muestran a personas de fe decididas a mantenerse conectadas a Dios sin importar sus circunstancias. La confesión, el lamento, el ruego, la acción de gracias, la alabanza—todos los elementos de nuestra relación con Dios están presentes. Los 150 salmos se dividen en cinco “libros”; durante estos 30 días, vamos a contemplar y orar seis salmos de cada libro. Todos dirigirán nuestra mirada al Dios que nos ama.

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Nos gustaría agradecer a One Mission Society por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: onemissionsociety.org