30 Días en Los SalmosMuestra

Día 27: Salmo 118
El Salmo 118, como el Salmo 113, no es una oración cargada de peticiones, sino una alabanza al Señor, llena de gratitud. Este grito de alabanza parece ser motivado por la experiencia de un rescate milagroso en medio de unas circunstancias aparentemente desesperadas. En los versículos 10–13, el salmista describe la experiencia de estar rodeado por todos lados, asediado por opositores hostiles; zumban alrededor de él como abejas enojadas y arden como un fuego crepitante. Se sentía empujado y oprimido, como si cayera y tropezara a cada paso. Habiendo experimentado el rescate de esa situación terrible, ahora irrumpe en alabanza e invita al pueblo de Dios a unirse con él en la canción.
Hay dos elementos únicos en este salmo que lo hacen particularmente memorable. Si tomas unos momentos para leer en voz alta el Salmo 118 u oírlo leído, seguro notarás el primero de ellos: el uso estratégico de la repetición. Cuatro veces el poeta repite una frase clave, dándole un énfasis especial. Primero, hay una frase que es el ancla y el marco para el salmo entero, una línea que Israel debe cantar vez tras vez: "Su gran amor perdura para siempre" (cuatro veces en los versículos 1–4 y una vez más para concluir el salmo). Segundo, después de considerar su experiencia de rescate, el salmista declara dos veces: "Es mejor refugiarse en el Señor que confiar en el hombre. Es mejor refugiarse en el Señor que confiar en gente poderosa." (vv. 8–9). Tercero, subraya con una triple repetición el que la fuente de su victoria fue el Señor, no sus propios esfuerzos: en el nombre del Señor aniquilé a mis enemigos (vv. 10–12). Finalmente, con otra triple repetición, él insiste en que es “la diestra del Señor” que salva y rescata a su pueblo. Estas repeticiones hacen memorable y cantable la oración—y la mantienen firmemente enfocada en Dios mismo.
Si has leído los Evangelios (Mateo, Marcos, Lucas, Juan), probablemente has observado el otro elemento notable del Salmo 118, su uso por los escritores del Nuevo Testamento para describir la persona y la obra de Jesús. En Mateo 21:42, Jesús mismo usa el Salmo 118:22 para explicar su parábola más dura, claramente entendiendo a sí mismo como el punto de referencia del salmista: “La piedra que desecharon los constructores ha llegado a ser la piedra angular” (NVI). (Más adelante, Pedro usará este mismo versículo para describir la muerte y resurrección de Jesús, tanto en su sermón en Hechos 4 como en su primera carta.) Y el Salmo 118:25–26 es cantado por las multitudes que le dan la bienvenida a Jesús cuando entra en Jerusalén al inicio de la semana que terminará con su muerte en la cruz. El rescate último de las circunstancias desesperadas—la opresión pesada del pecado y la muerte—viene a través de Jesucristo, quien ahora está sentado a la diestra de Dios (Hechos 2:33).
¡Hoy es un buen día para darle gracias a Dios, porque él es bueno y su amor fiel, mostrado al máximo en Jesús, perdura para siempre!
Escrituras
Acerca de este Plan

La mayoría de las Escrituras son la palabra de Dios dada a los seres humanos, pero el Libro de los Salmos registra palabras humanas dirigidas a Dios. Estas oraciones y canciones muestran a personas de fe decididas a mantenerse conectadas a Dios sin importar sus circunstancias. La confesión, el lamento, el ruego, la acción de gracias, la alabanza—todos los elementos de nuestra relación con Dios están presentes. Los 150 salmos se dividen en cinco “libros”; durante estos 30 días, vamos a contemplar y orar seis salmos de cada libro. Todos dirigirán nuestra mirada al Dios que nos ama.
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Nos gustaría agradecer a One Mission Society por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: onemissionsociety.org