30 Días en Los SalmosMuestra

Día 22: Salmo 99
El Salmo 99, el último de los salmos Adonai malak, empieza con un eco del Salmo 96, una invitación a “los pueblos” y a “la tierra” a temblar ante el gran Rey en alabanza y adoración (vv. 1–2). Después de esa introducción, el poeta-orador alterna entre dirigirse directamente a Dios y llamar al pueblo de Dios a la adoración. Podemos imaginarlo como un director de alabanza, que alterna entre alzar los ojos y las manos al cielo y extender los brazos para invitar a la asamblea reunida de adoradores. Una vez más, esta no es una oración ofrecida en aislamiento, sino en la compañía del pueblo de Dios.
El poeta empieza dirigiéndose directamente a Dios (vv. 3–4). Llama al Señor “Rey poderoso que amas la justicia”, y afirma las mismas características del Rey cantadas en el Salmo 96—la equidad, la justicia, la santidad. Alaba al Señor porque él y su pueblo ya han experimentado lo que significa vivir bajo tal Rey: “Has establecido la imparcialidad. Has actuado con justicia y con rectitud” (v. 4, NTV). Sobre la base de esa experiencia, él llama al pueblo de Dios a exaltar al Señor y a inclinarse en reverencia delante de su presencia santa (v. 5). Como parte de ese llamado, él participa en un “recordar santo”, exponiendo ante el pueblo su propia Historia de la fidelidad de Dios en el pasado. Les recuerda a los guerreros de oración como Moisés, Aarón y Samuel, y cómo Dios respondió su clamor (vv. 6–7).
Entonces levanta la vista y las manos para dirigirse de nuevo directamente a Dios. "Oh Señor nuestro Dios, tú les respondiste; para ellos fuiste Dios perdonador, pero los castigaste cuando se desviaron" (v. 8). Reconoce cómo el pueblo de Dios ha experimentado tanto el perdón misericordioso de Dios como su juicio recto. Ambos son expresiones del amor de Dios y motivos de alabanza, así que se dirige de nuevo al pueblo: “Exalten al Señor nuestro Dios y adoren en su monte santo, en Jerusalén, ¡porque el Señor nuestro Dios es santo!” (v. 9).
¡Hoy es un buen día para unirte con el pueblo de Dios para alabar a nuestro Rey, para agradecerle las oraciones contestadas, para someterte a su corrección y para regocijarte en su santidad!
Escrituras
Acerca de este Plan

La mayoría de las Escrituras son la palabra de Dios dada a los seres humanos, pero el Libro de los Salmos registra palabras humanas dirigidas a Dios. Estas oraciones y canciones muestran a personas de fe decididas a mantenerse conectadas a Dios sin importar sus circunstancias. La confesión, el lamento, el ruego, la acción de gracias, la alabanza—todos los elementos de nuestra relación con Dios están presentes. Los 150 salmos se dividen en cinco “libros”; durante estos 30 días, vamos a contemplar y orar seis salmos de cada libro. Todos dirigirán nuestra mirada al Dios que nos ama.
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Nos gustaría agradecer a One Mission Society por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: onemissionsociety.org