30 Días en Los SalmosMuestra

Día 28: Salmo 121

Esta oración breve pero poderosa se abre con una pregunta retórica: “Alzaré mis ojos a los montes; ¿De dónde vendrá mi socorro?” (RV). A primera vista, esta pregunta parece anticipar la respuesta— de los montes, de esos grandes lugares de refugio, de las fortalezas construidas en las montañas. El poeta probablemente emplea cierta ironía aquí, puesto que buscar ayuda en los montes y “lugares altos” (donde florecían los ídolos y altares paganos) siempre había sido el pecado persistente de Israel. El salmista inmediatamente aplasta tal respuesta a su pregunta retórica, dando la respuesta correcta: “Mi socorro viene de Jehová, Que hizo los cielos y la tierra” (v. 2). Su ayuda no se halla en los montes, sino en el Hacedor de las montañas.

En el resto del salmo, el poeta convierte su experiencia personal y conocimiento de Dios el Ayudador en palabras de ánimo para otra persona. ¿Tal vez se dirige a un amigo que es tentado a buscar ayuda y rescate en otros lugares? Declara cinco veces que el Señor guarda a sus amados. Este verbo está ricamente provisto de significados: el Señor se encarga de su existencia; vigila sobre ellos; los protege y preserva; los recuerda como objetos muy atesorados de su cariño, con una memoria activa y atenta a responder. El salmista recuerda a su amigo que ese “guardar” es personal; los pronombres “tú", “te” y “tu” se repiten múltiples veces—tu pie no se resbalará; el Señor te guarde y te protege; el Señor preservará tu vida. La metáfora central para todo esto es la sombra protectora de un árbol, una imagen particularmente potente en un contexto desértico: “Jehová es tu guardador; Jehová es tu sombra a tu mano derecha. El sol no te fatigará de día, Ni la luna de noche.” (vv. 5–6, NTV). La oración concluye con una mirada al alcance amplio del “guardar” divino—todas las circunstancias y todos los momentos, pasados y futuros, están bajo su cuidado (vv. 7–8).

Hoy es un buen día para regocijarte en el cuidado incesante y la protección de Dios en tu vida y para compartir esta esperanza con alguien que quizás esté tentado a buscar la ayuda y el sostenimiento en otros lugares.