Ayudar sin herir: La Biblia y los pobresMuestra

Mirando fijamente
Pedro, con Juan, fijando en él los ojos, le dijo: “Míranos.” (Hechos 3:4)
Necesidad. Nadie está lejos de alguien pobre. Quizás te detuviste en un semáforo y viste a alguien con un cartón escrito a mano: “Necesito ayuda”. Aunque dudaste, abriste la ventanilla y pusiste unas monedas en su mano. La luz cambia. Sigues conduciendo. La duda sigue. O tal vez sea un correo electrónico de Grace, una mujer africana que conociste en el corto viaje misionero. Necesita atención médica. ¿Puedes transferir fondos? A la mañana siguiente, con unos pocos clics en una página web, envías 50 euros, una pequeña cantidad para ti, pero una fortuna para Grace. Vas a trabajar con la conciencia tranquila.
Mirar. Al entrar en el templo, Pedro y Juan pasaron junto a un cojo colocado en la entrada por sus amigos para pedir dinero. Mucha gente desvió la mirada al pasar. Otros, sintiendo culpa, dieron algunas monedas como lo recomienda la ley judía. Pero Pedro y Juan hicieron algo diferente. Pedro “dirigió su mirada hacia él” o, como dice otra traducción, “lo miró fijamente”. El sentido del lenguaje sugiere que los apóstoles, al mirar fijamente, comprendieron la necesidad más profunda de sanación del hombre y reconocieron su dignidad como persona. Cuando Pedro le ordenó “levantarse y andar”, el hombre saltó a una nueva vida de plenitud tanto espiritual como física.
Profundiza. Cuando te enfrentes a la expresa o aparente necesidad de alguien pobre, detente y mira. Trata de comprender el contexto y la historia, reconociendo no solo las necesidades aparentes, sino también el potencial y la dignidad de esa persona como alguien que porta la imagen de Dios. Ora. Considera cómo podrías (tu, o las iglesias y ministerios locales) desarrollar una relación a largo plazo con esa persona, mostrándole la obra reconciliadora de Cristo y creando un espacio donde pueda ocurrir un cambio duradero.
Padre, cuando me encuentre con personas pobres, dame paciencia y entendimiento para saber cómo puedo afirmar su dignidad y apoyar un verdadero cambio en sus vidas. Perdóname cuando he ignorado las necesidades que me rodean o he actuado solo para aliviar mi conciencia. Dame sabiduría para discernir la acción más útil.
Escritura
Acerca de este Plan

La Biblia dice que debemos cuidar de los pobres y oprimidos. Ven y explora la profunda preocupación de Dios por ellos y cómo podrías responder a ese llamado. Cada día incluye una historia o anécdota de la vida real, un pasaje bíblico y meditación, un desafío y una oración. Estos devocionales están inspirados o extraídos del libro: Cuando ayudar duele: cómo aliviar la pobreza sin lastimar a los pobres... ni a uno mismo, de Steve Corbett y Brian Fikkert.
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