Ayudar sin herir: La Biblia y los pobresMuestra

Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. (2 Corintios 12:9)

Abrumado. Cuando comienzas a pensar en la cruda realidad de la pobreza, existe el peligro de dejarte vencer por las necesidades aparentemente insuperables que te rodean. No sabes por dónde empezar, cómo abordar la raíz del problema, cómo causar un impacto. Te sientes pequeño y débil, y sin embargo sabes que el llamado de las Escrituras a servir y buscar justicia para los pobres es claro.

Gracia. La buena noticia es que no tenemos que estar aptos. En 2 Corintios 12, Pablo escucha al Señor decirle: “Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad”. También se nos recuerda que tenemos el tesoro de la vida en Cristo en vasijas de barro, no en tinajas finas, para recordar que el poder supremo de Dios habita en nosotros, que sólo podemos vanagloriarnos en Cristo y no en nosotros mismos. Es un gran consuelo saber que la debilidad no es un obstáculo, que Dios cumplirá su voluntad independientemente de nosotros, pero en parte también a través de nosotros. Así como Dios está obrando en las vidas y comunidades de personas pobres, también está obrando en nuestras quebrantadas vidas. La gracia abunda en la aparente debilidad.

Comienza. Cuando te enfrentes a la enormidad de la pobreza, comienza por tu propia debilidad. Confiesa tu propia insuficiencia y vulnerabilidad (tu falta de sabiduría, de recursos y de habilidades) pero reconoce el poder de Dios para usar personas limitadas. También ora por humildad para reconocer cómo los pobres, aquellos que el mundo llamaría “débiles”, están siendo usados poderosamente por Dios en sus propias comunidades. Ora por sabiduría para saber dónde empezar y qué hacer mientras caminas junto a los pobres, confiando en la obra reconciliadora de Cristo para sanar el quebrantamiento en ambos. Ofrece tu debilidad humildemente y observa cómo Dios obra a través de tu fiel obediencia.

Jesús, sé que soy pobre de espíritu. Dame ojos para ver tu gloria entre aquellos que son pobres tanto espiritual como materialmente, y dame perseverancia mientras busco amarlos tanto en palabra como en obra.