Ayudar sin herir: La Biblia y los pobresMuestra

Una apologética final
Pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. (Filipenses 3:13-14)
Lamento. Ya tus ojos deberían reconocer a los pobres. La gente de tu misma ciudad lucha por pagar las facturas, alimentar a sus familias y obtener una buena atención médica. A kilómetros de distancia, sabes que hay millones de huérfanos sin comida, refugio o educación, que viven en el monte o en las calles. Quizás sientas remordimiento por la ceguera hacia tu prójimo, por sentimientos de superioridad espiritual e intelectual o por tu materialismo. Al final del lamento, puedes tener la tentación de desesperarte y decir en medio de un abrumador quebrantamiento: “¿Qué diferencia puedo hacer yo?”
Arrepentimiento. Al final, Dios nos llama al arrepentimiento con acción, no al remordimiento con parálisis. No debemos lamentarnos por lo pasado, sino movernos del pecado y la pasividad hacia la esperanza y el amor. Respecto a su propio crecimiento en Cristo, el apóstol Pablo exhorta a olvidar lo que quedó atrás y esforzarnos por alcanzar lo que está por delante, a seguir adelante. Enfocándonos en la esperanza y el amor, hay trabajo por hacer y, sin embargo, “Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad” (Fil. 2:13). Dios está obrando para renovar nuestros corazones y estamos llamados a participar activamente en ese cambio.
Amor. Francis Schaeffer fundó un ministerio de apologética llamado L'Abri y solía decir que el amor entre cristianos era “la apologética final”. Más allá del lamento y el arrepentimiento, nuestro amor por los pobres es lo que hace que la verdad del evangelio sea creíble para el mundo que nos observa. Como dice Brian Fikkert: “Debemos encarnar a Jesús haciendo lo que Él hizo y lo que continúa haciendo a través de nosotros: declarar, con palabras y con hechos, que Jesús es el Rey de reyes y Señor de señores que está trayendo un reino de rectitud, justicia y paz. Y la iglesia necesita hacerlo donde lo hizo Jesús: entre los ciegos, los cojos, los enfermos, los marginados y los pobres”. Entonces, cristiano, sigue adelante. Hay trabajo por hacer.
Rey Jesús, nos arrepentimos. No vivamos con lamento sino con esperanza y amor. Ayúdanos a encarnar a Jesús entre los pobres.
Escritura
Acerca de este Plan

La Biblia dice que debemos cuidar de los pobres y oprimidos. Ven y explora la profunda preocupación de Dios por ellos y cómo podrías responder a ese llamado. Cada día incluye una historia o anécdota de la vida real, un pasaje bíblico y meditación, un desafío y una oración. Estos devocionales están inspirados o extraídos del libro: Cuando ayudar duele: cómo aliviar la pobreza sin lastimar a los pobres... ni a uno mismo, de Steve Corbett y Brian Fikkert.
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