Vence Tus BarrerasSample

Día 3: Centra tu vida en Dios

Otra barrera común es tener una espiritualidad centrada en nosotros mismos y no en Dios. Muchos jóvenes dicen: “no soy capaz”, “no sirvo”, “no puedo”, o al contrario, “yo puedo hacerlo solo”. Ambos extremos son engaños: uno se apoya en el orgullo, el otro en la inseguridad, pero ambos dejan a Dios fuera.

Jesús nos muestra un camino diferente. Cuando llamó a Mateo, el recaudador de impuestos, no le pidió que fuera perfecto; solo le dijo: “Sígueme” (Mateo 9:9). Mateo se levantó y lo siguió. Jesús no se avergonzó de compartir con los pecadores, porque vino a sanar a los enfermos del alma. “No son los sanos los que necesitan médico, sino los enfermos” (Mateo 9:12 NVI).

Centrar nuestra vida en Dios significa entender que todo lo bueno proviene de Él y que nuestra identidad está en Cristo, no en nuestros logros. Pablo escribió: “Dios escogió lo débil del mundo para avergonzar a lo fuerte” (1 Corintios 1:27 NVI). Es decir, Dios puede usarte aunque no te sientas suficiente, porque su poder se perfecciona en tu debilidad (2 Corintios 12:9).

Deja de mirar tus limitaciones y enfócate en el Dios que te llamó. Él no busca talentos perfectos, sino corazones dispuestos. Tu valor no depende de lo que haces, sino de lo que Cristo hizo por ti en la cruz.

Oración:
Señor, quiero que tú seas el centro de mi vida. Quita de mí la autosuficiencia y el temor. Ayúdame a confiar más en tu poder que en mis fuerzas. Úsame como instrumento de tu gracia. En el nombre de Jesús, amén.