Pedir el don de sanidades

Pedir el don de sanidades es un acto de fe y de confianza en Dios, que quiere el bien de Sus hijos.
Jesús habla a Sus discípulos y promete que los que creen en Él tendrán señales que los acompañarán: impondrán las manos sobre los enfermos y estos sanarán.
Esta promesa nos invita a creer que Dios es capaz de sanar enfermedades, y que puede hacerlo también a través de nuestras oraciones.
Pedir este don significa reconocer que Dios es nuestro sanador y que, a través de Su Espíritu, aún hoy puede obrar milagros de sanidad.
Este don no es para presumir ni para beneficio personal, sino para servir a los demás y mostrar el amor de Dios a quienes sufren.
Cuando oramos por el don de sanidades, debemos hacerlo con un corazón humilde y abierto a la voluntad de Dios.
La sanidad no siempre llega de inmediato ni de la forma que esperamos, pero toda oración es importante a los ojos de Dios.
Santiago nos anima a orar por los enfermos con fe, seguros de la acción divina.
Aunque el don de sanidades es especial, todo creyente puede orar con fe, sabiendo que Dios escucha.

Oremos juntos:
"Señor, te pido el don de sanidades, para ser un instrumento en Tus manos, capaz de llevar alivio y esperanza a quienes sufren.
Haz que cada sanidad sea una señal de Tu poder y de Tu amor, y que Tu nombre sea glorificado a través de estas obras.
Recuérdame siempre que eres Tú quien obra, y que cada milagro es un reflejo de Tu bondad que sigue manifestándose en el mundo.
Que Tu gloria resplandezca y lleve paz a los afligidos. Amén".