Sanidad del hijo del funcionario

Jesús continúa sorprendiendo a las personas con Su autoridad y poder. Cuando el hijo de un funcionario romano cae enfermo en Capernaún, Jesús está en Caná de Galilea otra vez. Capernaún está a unos 29 kilómetros de Caná, lo cual equivale a un día completo de caminata. Este hombre estaba tan desesperado por la ayuda de Jesús que hizo el viaje para pedirle que fuera a su casa y sanara a su hijo. Jesús le dice que regrese a su casa porque su hijo vivirá. Es asombroso que este extranjero a la fe judía haya tomado a Jesús por Su palabra y regresado a casa, solo para encontrar a su hijo completamente sano. Resulta que, al investigar, descubrieron que el niño se había recuperado exactamente en el momento en que Jesús dijo: Tu hijo vive. ¡Qué poder! ¡Qué precisión! ¡Qué momento tan exacto. El salmista parecía conocer a este Dios poderoso y Su inimitable cualidad de enviar Su palabra para sanar a las personas (Salmo 107:20). El profeta Isaías también habló del poder de la palabra de Dios, la cual es incapaz de volver vacía, sino que cumplirá el propósito que Dios tiene para ella (Isaías 55:10-11).

Jesús, Dios hecho carne, demostró este poder a una familia gentil y, al ver cómo el milagro devolvía la vida a un niño, todos pusieron su confianza en Él. El resto de la familia no lo vio, ¡y aun así creyeron en Él! ¡Qué fe! Todo comenzó con la fe del funcionario que se atrevió a creer que este hombre, Jesús, tenía autoridad suprema sobre la enfermedad, y que Su sola palabra podía lograr la sanidad. Cualquier padre sabe que necesita pruebas antes de aceptar el diagnóstico de alguien sobre su hijo, pero aquí tenemos a un hombre que simplemente confió en la palabra de un rabino de un pueblo pequeño.

¿Cuánto confías en la palabra de Dios para tu vida? ¿Crees que cada palabra que está escrita en la Biblia es Su palabra vivificadora para ti? En las temporadas difíciles de tu vida, ¿te apoyas más en la palabra de Dios o en las promesas de los hombres?

Al meditar en las Escrituras de hoy, pídele a Dios que te conceda la gracia y la paciencia para esperar Su tiempo Kairos (tiempo señalado). No podemos coaccionar a Dios, ni manipularlo para que haga las cosas según nuestro calendario. Él es soberano y está obrando todo para nuestro bien. Lo cual significa que, mientras Él entreteje nuestras vidas, también está obrando en las vidas de los demás, y toma en cuenta todos los puntos de intersección y divergencia. Lo que para nosotros parece caótico o fuera de tiempo, está perfectamente planeado y ejecutado por Él.