SantiagoSample

Para esto, debemos desechar todo lo malo y recibir la Palabra de Dios con mansedumbre. Esta palabra significa “dulzura, apacibilidad y humildad”. Tenemos que recibir la Palabra de Dios de esta forma, ya sea que la leamos y estudiemos por nosotros mismos o que alguien más la esté compartiendo con nosotros. Cuando esta nos confronta, a veces no la queremos recibir; pero, con humildad, debemos aceptarla y actuar.

Debemos ser hacedores de la Palabra. Ya es ganancia que la leamos, pero no nos sirve de mucho si no la ponemos por obra. Santiago nos pone un ejemplo con un espejo: dice que el que no pone la Palabra por obra es como aquel que se mira en el espejo y se va rápidamente. En cambio, si te miras en el espejo con cuidado, te das cuenta si tienes una mancha en la cara y la quitas. La Palabra de Dios es un espejo que nos muestra nuestras manchas; al detenernos en ella, podemos ver que necesitamos limpiarnos. Nos invita a mirar atentamente en la perfecta ley de Dios.

Después de la lectura escribe lo siguiente en tu cuaderno o libreta:

• ¿Qué aprendí?
• ¿Cómo lo puedo aplicar a mi vida?
• Una oración.