SantiagoSample

Santiago nos manda a no hacer distinción entre personas de acuerdo con su estatus social. A veces tratamos mejor a los ricos, como si fueran superiores a cualquier otra persona, y a quienes no tienen dinero los hacemos a un lado. Además, Santiago añade tres razones para no hacer distinción: Dios acepta a las personas pobres, los ricos perseguían a los cristianos, hacer acepción de personas va en contra la ley del amor de Jesús y Dios juzgará a quien rompa la ley.

Los pobres, al no tener muchas cosas, necesitan más fe; pero el rico, a quien nada le falta, no siente tanta necesidad de ella. Por esta razón, el pobre puede reconocer más fácilmente su necesidad de salvación, mientras que al rico su orgullo, muchas veces, le impide acercarse a Dios.

Cuando se le preguntó a Jesús cuál era el mayor mandamiento, Él respondió que era amar al Señor, y el segundo, amar a tu prójimo. Jesús no dijo que debíamos amar más al rico, sino que se refirió a toda persona como nuestro prójimo. Al hacer distinciones entre ricos y pobres, estamos fallando en este mandamiento y, por lo tanto, rompiendo la ley. Y al quebrantar un solo mandamiento, quebrantamos toda la ley, y somos culpables.

Recuerda que lo que siembres, también cosecharás. Si queremos recibir misericordia, debemos estar dispuestos a dar misericordia. La misericordia es compadecerse de los sufrimientos y miserias ajenos, sin importar si creemos que la persona lo merece o no.

Después de la lectura escribe lo siguiente en tu cuaderno o libreta:

• ¿Qué aprendí?
• ¿Cómo lo puedo aplicar a mi vida?
• Una oración.