5 Claves Para Liderar Con Madurez

Clave 5: Lo que revela tu liderazgo

Un discípulo maduro comprende que el conocimiento y la intimidad con Dios son esenciales, pero no suficientes. ¿A qué me refiero? La intimidad con el Señor es un pilar fundamental en nuestra relación con Él; sin embargo, esta experiencia es interna e invisible a los ojos de los demás.

La verdadera madurez espiritual se manifiesta cuando esa relación íntima con Dios comienza a expresarse de forma tangible. Es decir, la transformación interior y la conciencia de la verdad del evangelio deben hacerse evidentes a través del fruto que producimos.

El apóstol Pablo, al hablar sobre la libertad en Cristo y la nueva naturaleza del creyente en su carta a los Gálatas, introduce el concepto del «fruto del Espíritu» (en singular), en contraste con «las obras de la carne» (en plural) (Gálatas 5:16–25) y esto no es casual. Esta distinción subraya un principio clave: un árbol bueno produce buen fruto.

El Espíritu Santo es la fuerza viva que impulsa la nueva vida del creyente. Es Él quien permite que florezca en nosotros el fruto descrito en Gálatas 5:22–23: «amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza». Este fruto no es producto del esfuerzo humano, sino evidencia de la sabiduría divina que fluye en la vida regenerada. La fe, enraizada en la Palabra de Dios, nutre esta nueva vida y la impulsa a dar fruto.

A lo largo de las Escrituras, el término «fruto» se utiliza como una metáfora del resultado visible de la obra de Dios en quienes han sido transformados. Este fruto, en un líder de alto impacto, debe ser evidente, no solo como testimonio personal, sino también como alimento espiritual para otros dentro del cuerpo de Cristo. Además, sirve como una poderosa señal para quienes aún no conocen al Señor, mostrándoles, a través del ejemplo, quién es Jesús.

El mismo Jesús lo expresó con claridad: «No es buen árbol el que da malos frutos, ni árbol malo el que da buen fruto. Porque cada árbol se conoce por su fruto; pues no se cosechan higos de los espinos, ni de las zarzas se vendimian uvas. El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca.» (Lucas 6:43–45, RVR1960).

Líder: El liderazgo no se mide únicamente por lo que creemos o sentimos, sino por lo que producimos. El fruto es la evidencia irrefutable de una vida verdaderamente transformada por el Espíritu de Dios.

Te doy las gracias por acompañarme durante estos 6 días para aprender 5 Claves Para Liderar Con Madurez; vivir una jornada de renovación para líderes con propósito y liderar a otros hacia Jesús, el mejor líder de la historia.

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Este plan de lectura es parte de los recursos para el liderazgo que puedes encontrar en ELAI (Escuela de Liderazgo de Alto Impacto) Theological & Leadership University.

Obtén más información aquí: elaiuniversity.org