Un amor que nunca se detiene

En cada historia de este plan hemos visto a Jesús amar sin condiciones. Amó a la mujer samaritana que venía con vergüenza, a la adúltera que todos querían apedrear, a Zaqueo que nadie quería invitar, y a una multitud que solo tenía hambre. Y lo más hermoso es que ese mismo amor sigue vivo, sigue presente, y sigue disponible para ti.

No hay nada que puedas hacer para que Jesús deje de amarte. Ni el pasado, ni el pecado, ni las dudas, ni las heridas, ni lo que te falta, ni lo que perdiste. Él no ama como ama el mundo. Su amor no cambia, no se enfría, no se rompe. Es un amor que te sostiene cuando caes, te consuela cuando duele, y te espera cuando te alejas.

Tal vez has sentido que no eres digno de ese amor. Tal vez te has cansado, has fallado o te has alejado. Pero Jesús no se ha movido. Él sigue ahí, con los brazos abiertos. Su amor no depende de ti. Te amó primero, y seguirá amándote siempre. No por lo que haces, sino por quién eres para Él.

Hoy puedes descansar. Puedes soltar el esfuerzo de “merecer” y empezar a recibir. Puedes confiar en que estás en manos fieles, que no se cansan, que no te sueltan, que no te olvidan. Su amor no solo es irresistible, es eterno. Y está aquí, ahora mismo, esperándote.

Te invito a hacer esta oración con nosotros:

Jesús, gracias por amarme como soy. Gracias por buscarme incluso cuando yo me alejé, por mirarme con ternura y ofrecerme una nueva oportunidad. Hoy quiero abrirte el corazón y recibir tu amor sin miedo ni reservas. Tú conoces mi historia, mis luchas, mis errores… y aun así no te apartas de mí. Enséñame a descansar en tu amor y a vivir cada día recordando que no estoy solo. Que tu amor me transforme y también se refleje en cómo trato a los demás. En el nombre de Jesús, amén.

Si este mensaje ha sido de bendición para tu vida o quieres que oremos por ti, por favor escríbenos a la dirección social.bautistapz@gmail.com.

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