La Fe Que JustificaSample

La promesa es por la fe

"Porque no por la ley fue dada a Abraham o a su descendencia la promesa... sino por la justicia de la fe” (Romanos 4:13 RVR1960).

La promesa de Dios no depende de nuestro rendimiento, sino de nuestra confianza.

La herencia prometida a Abraham —ser padre de muchas naciones— no fue dada por obedecer la ley, sino por creer. Si hubiera sido por ley, la fe no tendría sentido y la promesa quedaría anulada (v.14). Pero Dios quiso que fuera por fe, para que dependiera completamente de su gracia (v.16).

La fe no es solo el canal para ser salvo, también es el fundamento para recibir las promesas de Dios. Abraham creyó aún cuando su situación era imposible (v.18-19): un cuerpo viejo, una esposa estéril, una promesa increíble. Pero confió en la fidelidad del que prometió.

Así también nosotros somos llamados a una fe que no depende de lo visible, ni de lo probable, sino del carácter del Dios que promete. Esta fe activa abre espacio a lo sobrenatural, sostiene cuando la lógica falla, y mantiene firme el corazón en medio de las pruebas.

¿Estoy poniendo mi fe en lo que veo o en el Dios que promete más allá de lo posible?