Oraciones poderosasSample

NO REPETICIÓN.

“Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos” (Mateo 6:7 RVR1960).

Jesús nos insta a no usar repeticiones, oraciones programadas y sin profundidad, costumbres religiosas o palabrería que no llega a ningún lado. Él quiere que tengas una relación con Él, que converses, que ores, que confieses y, sobre todo, que te abras.

Isaías 29:13 dice lo siguiente: “Dice, pues, el Señor: Porque este pueblo se acerca a mí con su boca, y con sus labios me honra, pero su corazón está lejos de mí, y su temor de mí no es más que un mandamiento de hombres que les ha sido enseñado” (RVR1960). Es importante que todo lo que le digamos a Dios provenga del corazón, que no sean sólo palabras que salgan de la boca sin fundamento. Si pides perdón, que sea con arrepentimiento real; que si perdonas, que sea de corazón; que si le alabas, sea en espíritu y en verdad… Porque: “Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren” (Juan 4:24 RVR1960).

Cierto es que Jesús en Mateo 6:9 nos deja una oración hacia el Padre de cómo se debe hacer, pero no es para que sólo usemos ese método o repitamos eso sin cesar, sino que es un ejemplo de oración que nos indica humildad y amor a la ora de orar. Los profetas como Jonás nos da un ejemplo de oración también. Antes de que Jesús relatara esa oración, personas como Daniel o Elías oraban fervientemente y eran escuchados, resultando así una oración poderosa.

Elías oró y fuego cayó (1 Reyes 18:36-38), Jonás oró arrepentido y el pez lo escupió (Jonás 2:1), Eliseo oró y un ejército de Jehová le defendió (2 Reyes 6:17), Ana oró y le fue dado un hijo varón (1 Samuel 1:10).

Lo que quiero decir con esto es que antes oraban profetas y personajes de la Biblia con el corazón, derramando su espíritu y humillándose a Dios y les era concedido lo que deseaban o lo que necesitaban en ese momento.

Dios quiere que le hables, que entables relación, no que repitas como acostumbran otros. Dios es un Dios de amor, quiere amor y otorga amor.

Bendito sea el Dios Altísimo por los siglos de los siglos, amén.

ORACIÓN.

¡Qué alegría es tenerte, Señor! Saber que no tengo que repetir palabras vanas a Ti y que puedo hablar contigo y contarte mis problemas. Saber que inclinas Tu oído y me amas. Gracias, Señor.

Perdóname los pecados. Perdono a todo aquel que me ofende. Me deleito en Tu presencia, me encanta acercarme más a Ti y conocerte mejor. Eres todo cuanto quiero y necesito.

Te pido que no me hagas caer en falsas doctrinas o en mentiras, que nuestra relación sea pura, que todo sea según Tu voluntad porque Tu voluntad es buena para conmigo.

Alabado sea el Dios Altísimo por los siglos de los siglos, amén y amén.