Hombres: No más excusasSample

Día 4: Vive en integridad

Vivimos en una sociedad donde muchos hombres buscan sobresalir a través de la apariencia física, el estatus social y los logros profesionales. Poco se valora a la persona que vive en integridad. La integridad ha dejado de ser una palabra popular en el léxico de la sociedad actual, y tampoco es común que se utilice para dar reconocimiento.

Según el Diccionario de la Real Academia Española, una persona íntegra es aquella que es recta, proba e intachable; es decir, una persona honrada y de conducta impecable.

¿Cuál es tu excusa para no vivir en integridad? Podrías pensar: “¡Esto es imposible, todavía somos de carne y hueso!”, o podrías ceder a la tentación de adaptarte al estándar de la sociedad actual. Sin embargo, Jesús es muy claro respecto a los estándares de integridad de un cristiano: tiene que ser integral, no conoce tintes medios. Lo blanco es blanco y lo negro es negro. Vivir en integridad abarca todas las áreas de nuestra vida, incluso aquellas que los demás no pueden ver.

El Salmo 25:21 dice: "Sean mi protección la integridad y la rectitud, porque en ti he puesto mi esperanza" (NVI).

Este versículo indica con claridad que la única forma de aspirar a un camino de integridad es poner nuestra esperanza en el Señor. El mundo jugará en nuestra contra, y nuestros propios impulsos también, pero nuestra esperanza no está en el mundo ni en nuestras fuerzas.
La vida en integridad es un acto de fe y esperanza para llegar a ser como nuestro Señor. Vivir apartado del pecado es posible cuando, como hombres, le permitimos al Espíritu Santo que sea quien nos guíe en cada decisión. Es el inicio de menguar para que Él crezca.

Jesucristo ya hizo lo imposible en la cruz del Calvario: Él soportó por amor todos nuestros pecados y nuestra falta de integridad. A nosotros, como sus hijos, nos corresponde hacer de Jesucristo nuestro Salvador y permitirle que trabaje en todas las áreas de nuestra vida.

Oración

Oramos al Padre para que nos limpie de todo pecado en nuestras vidas y su perdón restaurador nos permita vivir una vida en integridad agradable a Él. Padre, sana nuestra integridad danos discernimiento y humildad para reconocer que tengo que entregarte para que tu poder me haga un hombre nuevo. Que tu gracia una vez más de vida a un corazón de seco y lo convierta en un corazón lleno de amor. En el nombre de Jesucristo, amén.