Un Lugar en Las AlturasSample

Dos razones para volar
Entre todas las razones que tienen las aves para volar, hay dos que me parecen muy interesantes. Una de ellas es cuando necesitan escapar del cazador o de la red. Vuelan para salvarse, es decir, que escapan por sus vidas. La otra es cuando remontan el vuelo a las alturas para tener una mejor visión y poder así conseguir su alimento. Gracias a Dios que tienen alas y pueden volar.
Traigo estas dos experiencias de las aves, con el propósito de compararlas con nuestras vidas. Sí, porque hay momentos en los que quisiéramos tener alas para escapar de situaciones que nos acechan y que nos sentimos impotentes de enfrentar.
Así se sentía el salmista cuando exclamó desde lo más profundo de su corazón. "¡Quién me diese alas como de paloma! ¡Volaría yo, y descansaría!" (Sal. 55:6 RVR1960). Nos suena familiar, ¿verdad? Sobre todo en tiempos difíciles, de incertidumbre y desasosiego.
No obstante, escapar no es la mejor solución. De hecho no es lo que Dios quiere ni espera de sus hijos. Porque querer escapar trae un sentido de frustración que no nos ayuda y que mucho menos nos bendice.
Hubo otra ocasión en la que el salmista, quien había estado escuchando palabras pesimistas y negativas de otras personas acerca de su problema, les respondió a éstos con gran sabiduría: "En Jehová he confiado; ¿Cómo decís a mi alma, que escape al monte cual ave?" (Sal. 11:1 RVR1960).
Es decir, ¿qué sabiduría hay en querer escapar? ¿Confiamos en que Dios nos puede guardar cuando los tiempos son buenos, pero desconfiamos de su cuidado en cuanto se asoma la adversidad? El Señor nos ha prometido estar con nosotros todos los días hasta el fin del mundo. Él está en nuestra barca siempre, sea que estemos en medio de la tormenta o que naveguemos en las aguas de un mar tranquilo y sosegado.
Lo que sí debemos hacer es aprender del ave que se eleva para tener una mejor visión. Amados, Jesús quiere que ascendamos a las alturas, ese lugar en el que le vemos al lado del Padre intercediendo por nosotros. Es un lugar de descanso en el podemos ver con mayor claridad sus promesas, las cuales nos alientan para seguir creyendo en su amoroso y constante cuidado.
Cuando decimos que Dios nos hace andar en sus alturas, estamos confesando que podemos confiar en Él, y que podemos seguir caminando en fe asidos de su amorosa mano, independientemente de cuáles sean nuestras circunstancias.
La pesadumbre y la pena, así como la queja y la desesperanza son estados del alma que enlazan nuestras alas. Pero la fe, la esperanza y la confianza en nuestro amado Padre celestial, le dan vuelo a nuestras alas para hacernos reposar en sus alturas. Desde allí tendremos una mejor visión para enfrentar cada reto que nos presente la vida.
"Dios es el que me ciñe de poder, y quien hace perfecto mi camino; quien hace mis pies como de ciervas, y me hace estar firme sobre mis alturas" (Sal. 18:32-33 RVR1960).
Confío en el Señor que la lectura de este plan haya sido de gran bendición para tu vida y te invito a compartirlo.
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Si tienes algún comentario puedes escribirme a mi email, ngfigue@yahoo.com
Agradezco la colaboración del pastor Jonathan Riddering por su colaboración en el arte gráfico.
Scripture
About this Plan

Hay un lugar en las alturas en las que Dios quiere que sus hijos estén. Es un lugar de fe, de confianza y de reposo. No es un espacio para algunos, es un lugar para todos. En este plan de cinco días dejaremos que la Palabra nos lleve de la mano para que veamos cuál es ese lugar y cómo podemos elevarnos en fe a esas alturas.
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