Un Lugar en Las AlturasSample

Alas gigantes
Nos causa gran admiración contemplar a un ave cuando levanta el vuelo, sobre todo si es una de esas aves coloridas y hermosas que vemos en algunos documentales. Cuánta gracia y cuánta elegancia, cosas ellas que podemos disfrutar cuando se nos presenta el vuelo del ave en cámara lenta.
Supongo que en la contemplación del vuelo majestuoso de algún pájaro singular, el salmista declaró: "Que establece sus aposentos entre las aguas, el que pone las nubes por su carroza, el que anda sobre las alas del viento" (Sal. 104:3 RVR1960). Estaba hablando de Dios, de pronto le vio como una gran ave que surca los cielos llenándolo todo.
Personificar al Dios Altísimo como una gran ave que se remonta en las alas del viento, es una de esas figuras poéticas que nos invita a verle como Aquel que se eleva por encima de todo, teniendo una visión completa de todo. Así le veía el salmista y por ello podía decir: "Guárdame como a la niña de tus ojos; escóndeme bajo la sombra de tus alas" (Sal. 17:8 RVR1960).
La imagen es hermosa, las gigantescas alas de Dios están extendidas y bajo estas cada uno de sus hijos disfrutamos de la sombra y el cuidado que ellas nos proveen. El sol puede ser abrazador, el viento puede azotar con todas sus fuerzas, pero tú y yo estamos seguros, protegidos y amparados bajo sus colosales alas.
"¡Cuán preciosa, oh Dios, es tu misericordia! Por eso los hijos de los hombres se amparan bajo la sombra de tus alas" (Sal. 36:7 RVR1960).
Ese lugar es único, incomparable, magnífico. Es el espacio en el que los cristianos podemos descansar, seguros de que hay uno más alto que vela sobre nosotros. Pero, en ocasiones se nos olvida y el enemigo aprovecha mintiéndonos, haciéndonos sentir descobijados, para que dudemos del cuidado divino.
¿Qué hacer amados? ¿Le hemos de creer? Al padre de mentiras, ¿le hemos de creer? De ninguna manera, porque la verdad de Dios se alza ante nosotros para recordarnos que sus alas siguen extendidas y que podemos estar seguros bajo su amparo. Esta verdad tan hermosa sostuvo al rey David cuando vio su vida amenazada de muerte, "Ten misericordia de mí, oh Dios, ten misericordia de mí; porque en ti ha confiado mi alma, y en la sombra de tus alas me ampararé hasta que pasen los quebrantos" (Sal. 57:1 RVR1960).
Aunque esta es una figura poética que nos hace ver a Dios como una gran ave que atraviesa los cielos, lo cierto es que encierra con ella una verdad maravillosa. El Dios Todopoderoso, el Altísimo lo cubre todo y está por encima de todo. Y con Él estamos sus hijos, amparados y descansando bajo la sombra de sus alas. "Porque has sido mi socorro, y así en la sombra de tus alas me regocijaré" (Sal. 63:7 RVR1960).
About this Plan

Hay un lugar en las alturas en las que Dios quiere que sus hijos estén. Es un lugar de fe, de confianza y de reposo. No es un espacio para algunos, es un lugar para todos. En este plan de cinco días dejaremos que la Palabra nos lleve de la mano para que veamos cuál es ese lugar y cómo podemos elevarnos en fe a esas alturas.
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