Texto: Cuando Dios Habla, Todo CambiaSample

Aplica: entenderás… cuando obedezcas.
Hay algo dentro de nosotros que quiere entenderlo todo antes de actuar.
“Explícame primero… y luego lo hago”.
“Haz que tenga sentido… y entonces te sigo”.
Pero con Dios, muchas veces es al revés.
Primero obedeces. Y luego entiendes.
Jesús contó una historia que muchos conocen, pero pocos practican:
“Por lo tanto, todo el que me oye estas palabras y las pone en práctica es como un hombre prudente que construyó su casa sobre la roca”
(Mateo 7:24 NVI).
Dos hombres construyeron casas. Las dos se veían bien… hasta que llegó la tormenta.
Solo una quedó en pie: la que estaba construida sobre la roca de la obediencia.
No sobre la buena intención. No sobre el conocimiento bíblico. No sobre la emoción espiritual. Sobre la práctica.
Obedecer es difícil. Porque a veces Dios te pide que perdones antes de sentirlo.
Que des… antes de tener de sobra. Que sueltes… antes de entender por qué.
Pero ahí es donde empieza la transformación real.
No se trata de aplicar la Palabra cuando me conviene, sino cuando me cuesta.
No se trata de que encaje con mi lógica, sino de confiar en la sabiduría de quien la dijo.
Jesús no dijo el que oye mis palabras y las analiza.
Ni el que oye mis palabras y las memoriza.
Dijo: El que las oye… y las pone en práctica.
Eso es fe. Fe no es sólo creer que Dios tiene razón. Es vivir como si ya lo supieras, aunque aún no entiendas todo.
Pregunta para reflexionar:
¿Qué parte de la Palabra sabes que necesitas aplicar… pero has estado posponiendo?
Oración:
Padre cñCelestial, gracias por hablarme con claridad.
Perdóname por las veces que he querido entender antes de obedecer. Dame el valor de poner en práctica lo que sé, aunque me cueste, aunque me saque de mi zona cómoda. Hazme sabio, no solo alguien informado. Que mi vida esté construida sobre roca. Y que, cuando venga la tormenta, esté firme porque viví lo que escuché. En el nombre de Jesús, amén.
Si quieres profundizar más en este tema, ve a vidain.org/series/texto
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