Texto: Cuando Dios Habla, Todo CambiaSample

DING: El mensaje ya llegó.

¿Alguna vez has estado esperando un mensaje importante? Y en cuanto escuchas ese “ding” del celular… lo revisas al instante. Ni te preguntas si es urgente o no. Tu cuerpo reacciona antes que tu mente.

Vivimos atentos a las notificaciones. Las que suenan. Las que vibran. Las que no podemos ignorar.

Pero hay un mensaje que ya llegó. Uno que no parpadea en la pantalla, pero sí puede encender tu camino. Uno que no sólo te informa… sino que te transforma. Ese mensaje es la Palabra de Dios.

“Tu palabra es una lámpara a mis pies y una luz en mi sendero” (Salmo 119:105 NBV).

Qué fuerte: sin ella, estamos caminando a oscuras.

Y sin embargo, muchas veces, la dejamos sin abrir. Preferimos vivir con el ruido de lo urgente… que con la guía de lo eterno.

La Biblia no es un libro mágico. No es un amuleto. No es una lista de reglas. Es un mensaje personal. Un mensaje de parte de Dios. Un mensaje que te encuentra justo donde estás… pero no te deja igual.

Jesús mismo dijo que no solo de pan vive el ser humano, sino de cada palabra que sale de la boca de Dios (Mateo 4:4). Eso significa que, así como el cuerpo se debilita sin alimento… el alma se seca sin Palabra.

Y no se trata de leer por leer. Se trata de buscar al Autor detrás del texto, de encontrar a Jesús en medio de las páginas, de permitir que cada versículo revele quién es Él… y quién eres tú.

Si estás buscando dirección… ahí está. Si estás en duda… ahí está. Si estás en medio de una batalla emocional, mental, relacional… ahí está. La Biblia no resuelve todo de inmediato. Pero te da luz para dar el siguiente paso.

Pregunta para reflexionar:
¿Y si reaccionaras a la voz de Dios con la misma urgencia con la que reaccionas al celular?

Oración:

Padre Celestial, quiero escucharte. Hazme sensible a tu Palabra. Perdóname por las veces que la he ignorado, minimizado o dejado para después. Despierta en mí el deseo de conocerte más. Que tu voz sea más fuerte que cualquier notificación. Y que tu Palabra ilumine el próximo paso que debo dar. En el nombre de Jesús, amén.