El Pentecostés Lo Cambió TodoSample

¿Con quién estás leyendo este plan? ¡Invita a un amigo o familiar a leerlo contigo! Juntos aprenderán más.
La Promesa
Antes de que podamos entender cuán monumental fue el derramamiento del Espíritu Santo en Pentecostés, debemos comprender que no sucedió de la nada. Durante miles de años, ya se había profetizado que un día el rumbo de la humanidad cambiaría completamente con el derramamiento del Espíritu de Dios.
Joel 2:28-29
“Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones. Y también sobre los siervos y sobre las siervas derramaré mi Espíritu en aquellos días".
Era una promesa. Jesús, por supuesto, lo sabía. Pero, ¿cómo preparó a Sus discípulos para ello? Imaginemos cómo debió haber sido para ellos.
El cuarto se sentía más frío de lo habitual. Las lámparas de aceite titilaban, proyectando sombras en las paredes, pero nadie hablaba. Jesús acababa de decir que se iría, pero que no los dejaría huérfanos.
Juan 14:16-18
"Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros. No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros".
Para los discípulos, esto era difícil de entender. ¿Por qué decía Jesús que se iba? Él era su Maestro, su Amigo, su Mesías. ¿Qué podría ser mejor que caminar con Jesús? Pero Jesús les dio esta promesa, poco antes de Su crucifixión:
Juan 16:7
"Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuere, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré".
Después de Su resurrección, Jesús les dio a los discípulos una instrucción: esperar en Jerusalén la promesa del Padre.
Hechos 1:4-5
"Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí. Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días".
En el versículo 8, Jesús explica el propósito del poder del Espíritu Santo:
"Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra".
En cuanto dijo esto, Jesús ascendió al cielo. ¡Los discípulos debieron haber quedado impactados ante esa escena! Pero después de reponerse de la sorpresa, hicieron exactamente lo que Jesús les había pedido: comenzaron a orar y esperar al Espíritu Santo… ¡y Él vino!
¡Mañana leeremos sobre ese increíble acontecimiento!
Reflexión:
La Biblia se refiere al Espíritu Santo como el parakletos, una palabra griega que significa "consolador, ayudador, animador". ¿Qué significa eso para ti?
Scripture
About this Plan

El Pentecostés marcó el cumplimiento de una antigua promesa de Dios: el Espíritu Santo fue derramado sobre creyentes comunes. ¡Qué impacto tuvo eso en el mundo! Muchas personas ven Pentecostés solo como un evento histórico, pero el Espíritu Santo también es para hoy. En este plan de lectura, descubrirás el significado de Pentecostés y cómo puedes caminar cada día en el poder del Espíritu Santo.
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