Poder y Alabanza

Enaltécete SEÑOR con tu poder, y con salmos celebraremos tus proezas.

Salmos 21:13

Dios no necesita de nadie para mostrar su poder; pero nosotros necesitamos clamar a Él para mirarle actuar poderosamente en nuestra vida.

La oración del salmista no es una orden sino una petición urgente. Una oración que nace de un coaraźon esperanzado en el poder de Dios.

“Enaltécete SEÑOR, hazte sobresalir en medio de cualquier circunstancia, en medio de cualquier enfermedad, en medio de toda necesidad, en medio de mis triunfos, en medio de la prosperidad, que Tú seas reconocido en todos mis tiempos".

Una oración que reconoce la necesidad que tenemos de la intervención de Dios siempre nace de un corazón que anhela glorificar y bendecir el Nombre de Dios.

El salmista acude a Dios porque lo necesita y desea tener una vida que alabe al SEÑOR. El salmista desea proclamar las proezas de Dios, esta es la verdadera motivación.

Dios no necesita nuestra alabanza, pero nosotros sí necesitamos alabarle. ¿Qué hacemos cuando Dios muestra su poder en nuestra vida y responde nuestras oraciones? ¿Proclamamos sus proezas y le alabamos con salmos? ¿O simplemente nos sentimos merecedores de todo?