A la luz de Su presencia

Dichosos los que saben aclamarte, SEÑOR. Y caminan a la luz de tu presencia.

Salmos 89:15

Caminar a la luz de la Presencia de Dios no es una expresión mística, sino práctica, es avanzar por la vida sin nada que ocultarle a Dios.

Es esforzarnos por vivir en integridad, de tal manera, que no tenemos nada de qué avergonzarnos. Es mostrar cada día nuestra disposición a obedecer sus mandamientos aun en medio de nuestra debilidad y fragilidad.

Caminar a la luz de la Presencia de Dios es confiar en su misericordia y reconocer que cada día necesitamos su perdón.

Es reconocer que su paciencia nos permite llegar a este día y que sus planes son perfectos y gloriosos.

Dichosos los que saben aclamarte… Nuestra relación con Dios se va perfeccionando conforme avanzamos a la luz de su presencia. Empezamos a conocerle, descubrimos lo que le agrada o le ofende.

Al venir a Cristo somos capacitados para conocer a Dios y para obedecer, para deleitarnos en sus palabras y sentir un gozo inexplicable al saber que somos escuchados, aceptados y valorados.

Aprendemos a dirigirnos a Él, con confianza, sencillez y humildad reverente. Pero con toda la libertad que Cristo nos proporciona.

Caminar a la luz de la presencia de Dios es caminar en obediencia a Su Palabra y clamar en cada situación para Su Gloria.