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NASCAR y la BibliaSample

NASCAR y la Biblia

DAY 1 OF 10

“Versículo del Nuevo Testamento desvía a Norm Miller de un estilo de vida destructivo hacía la Línea de Victoria” 1993 Daytona 500: Daytona International Speedway (14 de febrero, 1993) Cuando Norm Miller se paró en la Línea de Victoria en las 500 de Daytona de 1993, fue parte de una victoria inesperada que desafió toda probabilidad. Apodado luego en la carrera como el “Show de Dale y Dale”, Dale Jarrett tomó la bandera a cuadros en una batalla contra el legendario campeón Dale Earnhardt.  Como dueño del Interstate Batteries, y principal patrocinador del carro de carrera #18 de Joe Gibbs, Miller tuvo la perspectiva única al ver un equipo de dos años ganar su primera carrera de Copa en el escenario más grande de NASCAR. Pero casi 20 años antes hubo otro momento crucial que lo hizo todo posible, de no haber sido por unos versículos bíblicos clave, Miller podría no haber estado allí para experimentar la celebración. “Comencé a beber y salir de fiesta a la edad de 14 años,” dijo a Beliefnet. “Pensé que de eso se trataba la vida, ir a fiestas y divertirse. Salí de la universidad y me fijé algunas metas y las logré antes de tiempo. Pero a medida que mi vida progresaba, no era feliz. Estaba vacío y en realidad ansioso por la vida y el fracaso. Mi problema con la bebida aumentó en mí. Tenía dos detenciones por conducir bajo los efectos del alcohol. Pero en medio de todo eso, subí la escalera del éxito, pero lo hice sobre el lado incorrecto”. Al tratar de salir del profundo y oscuro agujero emocional, Miller comenzó a ir a Alcohólicos Anónimos y después tomó el consejo de un amigo de estudiar la validez de la Biblia. Convencido de que valía la pena leerla, una de las primeras escrituras que llamó su atención habló a sus circunstancias personales.  “Pues todos hemos pecado; nadie puede alcanzar la meta gloriosa establecida por Dios.” (Romanos 3:23) “Sabía que era un pecador,” dijo Miller. “No tenía problema con eso.” Eso lo llevó al preeminente pasaje en letras rojas del Nuevo Testamento. “Pues Dios amó tanto al mundo que dio[a]a su único Hijo, para que todo el que crea en él no se pierda, sino que tenga vida eterna.” (Juan 3:16) Al adentrarse más, una de las cartas del apóstol Pablo a la iglesia de Gálatas, le dio esperanza poder llenar el vacío en su corazón. “En cambio, la clase de fruto que el Espíritu Santo produce en nuestra vida es: amor, alegría, paz, paciencia, gentileza, bondad, fidelidad, humildad y control propio. ¡No existen leyes contra esas cosas!” (Gálatas 5:22-23) “Vaya, es lo que quiero,” pensó dentro de sí mismo. “Si puedo tener paz, amor y gozo, entonces tendré todo. Así que quería saber cómo recibir el Espíritu. Entonces aprendí que cuando recibes a Cristo como tu Salvador, como pago por tus pecados a través de la confesión, Dios pondrá su Espíritu en tu corazón y te ayudará a vivir el resto de tu vida aquí y luego eternamente. Así que oré una noche. Eso fue en 1974 y he tratado de honrarlo y caminar con él desde entonces”.
Day 2

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