NASCAR y la BibliaSample

“Icónico Proverbio acompaña a Dale Earnhardt durante choque trágico, su hijo Dale Jr., mantiene la tradición viva”. 2001 500 de Daytona: Daytona International Speedway (18 de febrero, 2001). Para la comunidad de NASCAR, el 18 de Febrero del 2001, fue un día en que todo cambió.  Fue un día en que una de las más emocionantes carreras de las 500 de Daytona en la historia del deporte se tornó trágica. Fue un día cuando en un instante la celebración se tornó en dolor. Fue un día cuando el ex corredor Ken Shrader dijo que “Superman recibió una bala”. Unas horas antes, todo parecía perfectamente normal. La fastuosidad que acompaña anualmente a la Gran Carrera Americana comenzó sin ningún problema. Y otra tradición se llevó acabo discretamente cuando Stevie Waltrip, esposa del legendario corredor Darrell Waltrip, le pasó un versículo bíblico, escrito en una especie de cinta, a otro futuro integrante del Salón de la Fama de NASCAR, Dale Earnhardt.  Esto se volvió un ritual para la inigualable pareja después que el corredor conocido como “el Intimidador” vio a Stevie escribir un versículo bíblico en un pedazo de cinta adhesiva gris para su esposo Darrell, que aun competía en ese tiempo.  “¿Dónde está el mío?” Preguntó Earnhardt de forma directa.  Aun después de que su esposo se retiró, Stevie siguió llevando a Earnhardt esos versículos bíblicos justo antes de que los motores se encendieran.  “El insistió en eso,” dijo Darrell al Diario Cristiano de Deportes. “Salía de su carro y buscaba a Stevie si no lo tenía.”  Ese fue el caso en los 500 de Daytona del 2001. Cuando Stevie finalmente llegó, él leyó el versículo, sonrío y le agradeció, y pegó el papel adhesivo en su tablero. Earnhardt dio la orden de encender su motor y salir de los pits para una carrera larga que llegaría a la vuelta final. De algún modo, Earnhardt se encontró en la posición única de ayudar a dos de sus compañeros de equipo a posicionarse al frente de la línea. Aquellos dos corredores eran su hijo Dale Jr. y Michael Waltrip (hermano menor de Darrell) quien finalmente ganó la carrera. Cuando Earnhardt intentó bloquear el tráfico de entrada, su icónico carro #3 se descontroló e hizo contacto fuerte con la barda de contención.  Aunque el golpe no parecía peor que cualquier otro accidente que fuera típico de las superspeedway, la terrible verdad finalmente reveló que Dale Earnhardt murió al impacto. Mientras su carro quedó contra la barda, el versículo bíblico permanecía pegado al tablero:  “El nombre del Señor es una fortaleza firme; los justos corren a él y quedan a salvo” (Proverbios 18:10). Después Stevie reveló que demoró un poco más de tiempo de lo usual en decidir cual versículo escribiría para Earnhardt ese día. Después de oír las noticias, entendió porqué. “Vi suficientes cambios en Dale durante los años, y estoy convencida de que Dios me dio su última Escritura para que yo, y todos los que lo queríamos, tuviéramos consuelo por la condición de su alma.” Después de la muerte de Earnhardt, algunas de las medidas de seguridad que habían sido consideradas fueron rápidamente implementadas, incluyendo el requerimiento de que todos los corredores deben usar el collarín HANS para prevenir trauma de cabeza y cuello.  No mucho después, aunque Dale Earnhardt Jr. estaba en duelo, la estrella de las carreras decidió honrar la memoria de su padre de forma sorpresiva. Igual que su padre, le pidió a Stevie Waltrip que le llevará un versículo bíblico que pudiera llevar en su carro en cada carrera. Al principio, ella entregaba personalmente el versículo en su carro. Cuando comenzó a pasar menos tiempo en las pistas, comenzó enviando el versículo a los miembros del equipo de Motor Racing Outreach que se aseguraban de que Dale Jr. lo recibiera en los pits.  Recientemente, su esposa Amy se ha asegurado de que la tradición continúe. También se sabe que ella publica una fotografía de cada verso bíblico semanal en su cuenta de Twitter, incluyendo el que llegó a la Línea de Victoria con Dale Jr. en el Talladega Superspeedway durante las 500 de GEICO del 2015. “En verdad, Dios ha manifestado a toda la humanidad su gracia, la cual atrae salvación... esperamos por la esperada bendición, la gloriosa venida de nuestro gran Dios y Salvador, Jesucristo, quien se entregó para redimirnos...” (Tito 2:11-14)