Una vida de intimidad con DiosSample

Candidatos a la bendición

¿Por qué escogió David la casa de Obed-edom para que cuidara el arca? David era un apasionado por Dios, como consecuencia asumimos que no eligió esa casa al azar. Obed-edom era levita y su trabajo fiel lo postuló para ser el receptor del cofre más valioso del mundo.

Dios puede bendecirte tan grandemente, y en tan poco tiempo, como lo hizo con Obed-edom si tu actitud frente a su presencia es de respeto, honra y obediencia.

Además, Obed-edom hizo algo asombroso. Cuando se llevaron el arca, él y su familia se trasladaron a Jerusalén, involucrándose en el servicio a Dios. La presencia de Dios impactó tanto su vida que se convirtió en custodio de las puertas del templo donde moraba el arca de su presencia, 1° Crónicas 15:24. No fue por la bendición que Obed-edom siguió al arca, pues “Dios no se manifiesta a las personas que solamente buscan sus beneficios. Él se revela a quienes buscan su rostro”, Tommy Tenney. Este hombre anhelaba la cercanía con Dios y, ¡ten por seguro que la intimidad con el Señor te traerá bendición sin importar las circunstancias que atravieses!

Obed-edom se había enamorado de Dios. Existe una gran diferencia entre estar cerca de Dios y tener una bendición de su parte. Las personas entran a los empujones al ‘comedor del Padre’ reclamando las cosas que le ‘pertenecen’ por ser hijos, pero poco se interesan por su persona.

¿Cómo te sentirías si tu hijo solo quisiera tu billetera y jamás se interesara por lo que te sucede? Sería muy triste que solo quisiera los beneficios que puedes proporcionarle. No actúes igual con tu Padre Celestial. No visites ‘su casa’ para obtener algo de Él, hazlo con la sola intención de conocerlo un poco más. Demuéstrale que no te conformas con una visitación esporádica sino que anhelas su presencia permanente. Una vieja canción dice: “Cuanto más te conozco, más te amo...”. Eso le sucedió a Obed-edom. Se convirtió en portero del tabernáculo para estar más cerca de la presencia de su Señor. ¡Imitemos esta pasión y entrega!

“Padre Celestial, perdón por las veces que entré a tu presencia ‘a los empujones’ y con el único interés de obtener tus bendiciones. Perdón porque fui yo el centro de las oraciones y no dediqué el tiempo ni las energías para conocerte y charlar como amigos. Hoy quiero que todo cambie. Anhelo tu cercanía. Que en este día pueda hacer estaciones de oración, centradas en ti, a fin de disfrutar de tu presencia. En el nombre de Jesús. Amén”.