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Una vida de intimidad con DiosSample

Una vida de intimidad con Dios

DAY 7 OF 365

La ruta del arca

Bajo el liderazgo de Elí el arca estuvo en el tabernáculo, 1° Samuel 1:3. Pero un día, en el fragor de la batalla, los soldados israelitas la llevaron al campo de combate para que Dios inclinara la guerra a su favor, 1° Samuel 4:3. Sin embargo, perdieron la guerra. Como consecuencia, los filisteos vencedores se apropiaron del arca (1° Samuel 4:11) y la colocaron en el templo de Dagón, 1° Samuel 5:1.

Comenzaron las plagas y la mortandad entre los filisteos. A raíz de los inexplicables sucesos decidieron regresar el arca a Israel, 1° Samuel 5:11. La pusieron sobre una carreta nueva que llegó a Bet-semes, en Israel. Allí, algunos irrespetuosos israelitas miraron dentro del arca y murieron 70 personas, 1° Samuel 6:19. Finalmente el arca fue puesta en casa de Abinadab donde permaneció por más de 20 años, 1° Samuel 7:1-2.

Al cabo de ese tiempo David decidió llevarla a Jerusalén, 2° Samuel 6:1-2. Colocó el arca en una carreta nueva y, mientras la transportaban, Uza quiso sujetarla. Dios manifestó su enojo hiriéndolo de muerte, 2° Samuel 6:6-7. David tuvo gran temor. Dejó el arca en casa de Obed-edom, 2° Samuel 6:10-11. Y aquí la historia cambia.

En solo tres meses fue tan bendecida la casa de Obed-edom que todo el mundo se dio cuenta, 2° Samuel 6:12. Esa era la confirmación que David necesitaba. Si el arca había bendecido a una casa podía bendecir a toda una nación.

No es el arca sino la relación que tú tienes con ella la que trae bendición. La actitud deshonrosa e infame de los hijos de Elí alejó la presencia de Dios. Los soldados pretendieron cambiar el curso de la guerra y ‘usaron’ a Dios como si fuera un amuleto. Idolatraron el arca. Luego el arca permaneció en casa de Abinadab veinte años, pero pasó desapercibida. Finalmente su hijo muere.

Lo que no sucedió con Abinadab en dos décadas sucedió con Obed-edom en solo tres meses. ¿Cuál fue la razón? La respuesta no está en el arca. Las dos casas la tuvieron. La respuesta está en la actitud frente al arca. Obed-edom recibió el arca con temor y reverencia. Abrió su casa y acogió la presencia con respeto y expectación. Su anhelo de tener al mismísimo Dios en su hogar le trajo cuantiosas bendiciones.

¿Quieres una visitación del Señor? Si tu respuesta es sí, entonces aprende a ser un buen anfitrión de su presencia. Dios se manifiesta donde existe respeto hacia Él. No hay atajos. La gloria de Dios se revela, cuando quebrantados y arrepentidos caminamos con los pies descalzos, reconociendo que su santidad requiere pureza.

“Amado Rey, quiero que mi casa sea para ti la casa de Obed-edom. Recibo tu presencia con expectación y respeto. Disciplino mi boca para que solo proclame alabanza y bendición. Te honro con todo mi ser, ¡bendito seas! Amén”.

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Una vida de intimidad con Dios

Cada día es una oportunidad para experimentar la presencia del Señor. Dios mismo es quien te extiende la dulce invitación para el encuentro santo: "Mi corazón te ha oído decir: «Ven y conversa conmigo». Y mi corazón responde: «Aquí vengo, SEÑOR»" (Salmo 27:8).

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