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¿Alguna vez has deseado poder ser como otra persona? La tentación de compararnos con otras personas está en todas partes. Pero nuestras diferencias son en realidad lo que hace que el cuerpo de Cristo sea tan hermoso. Tratándose del Reino de Dios, el Señor nos hizo a cada uno de nosotros con un propósito especial para edificar este Reino que refleja a Jesús y cómo es Él. ¡Miren alrededor! Las personas que siguen a Jesús tienen todo tipo de dones y talentos diferentes: intencionadamente no somos iguales. Lo mejor es que cada seguidor de Jesús tiene un don y un propósito espiritual especial.

Hoy, piensa qué dones te ha dado Dios y cómo quiere que los uses.