CONOCE SantiagoSample

LO QUE CREEMOS: Los hacedores justos
“Así que, ustedes ven que una persona es justificada por las obras y no solamente por la fe" (Santiago 2:24).
Cuando leemos este versículo rápidamente, al principio parece comunicar lo opuesto a lo que Pablo enseña en Gálatas 2:15-16:
"Nosotros, que somos judíos de nacimiento y no pecadores de entre los gentiles, sabemos que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe en Jesucristo. Así también nosotros hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe en Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado".
Pablo es enfático: la justificación (la declaración de que una persona es justa) no es una recompensa que se obtiene por cumplir la ley, sino un regalo otorgado por gracia a las personas que confían en la promesa de Dios.
¿Pero Santiago está en desacuerdo? ¡Absolutamente no! De hecho, en su primer capítulo presenta lo que podría leerse como su versión de "justificación por la fe". Allí les recuerda a los lectores que Dios "decidió engendrarnos por la palabra de verdad" (Santiago 1:18) y, por lo tanto, "reciban con humildad la palabra sembrada en ustedes" (Santiago 1:21). Aquí, Santiago enfatiza la pasividad del creyente, quien simplemente recibe la palabra de verdad plantada según la voluntad y actividad de Dios.
Pablo escribió Gálatas a los nuevos creyentes gentiles, a quienes se les decía que necesitaban seguir la Ley de Moisés para ser completamente salvos. Esto es una distorsión del Evangelio de Jesucristo (Gálatas 1:6-9). Sin embargo, Santiago no está distorsionando el Evangelio al añadir al mensaje de salvación por fe en Jesús. Él estaba escribiendo a creyentes judíos agotados que habían llegado a entender "fe" como un mero asentimiento intelectual en la existencia de Dios — algo que incluso los demonios hacen (Santiago 2:19). Este tipo de "fe" no hace justa a una persona.
En cambio, la fe que verdaderamente confía en Dios para la justificación (en lugar de en su propio buen comportamiento) siempre se evidencia con el fruto de buenas obras. Estas obras no ganan la justificación; simplemente demuestran la existencia del único tipo de fe que sí justifica.
La declaración de James aquí podría ser reescrita así: "Ves que una persona es justificada por la fe. El tipo de fe que no está sola, sino que se evidencia en obras".
Cuando entendemos que la fe verdadera siempre producirá buenas obras, crecemos en madurez y comenzamos a parecernos más a Cristo.
Scripture
About this Plan

Este plan explora lo que la carta de Santiago nos enseña acerca de crecer en madurez en 4 áreas principales: 1) QUIÉN ES DIOS: carácter y naturaleza de Dios. 2) QUIÉNES SOMOS: la identidad de la humanidad y/o los creyentes. 3) LO QUE CREEMOS: las doctrinas esenciales cristianas. 4) CÓMO VIVIMOS: poner nuestra fe en acción.
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