QUIÉN ES DIOS: El Dios que no cambia

“Toda buena dádiva y todo don perfecto descienden de lo alto, del Padre de las luces, en quien no hay cambio ni sombra de variación" (Santiago 1:17).

La consistencia es algo que los niños necesitan de sus padres para crecer y convertirse en adultos sanos: consistencia al proveer para las necesidades físicas, al demostrar amor incondicional y al simplemente estar presentes en la vida de sus hijos. Desafortunadamente, no todos experimentan este tipo de consistencia por parte de sus padres. Incluso el mejor padre o madre no puede ser 100% consistente todo el tiempo. Sin embargo, hay solo Uno en el universo que lo es.

Santiago nos dice que Dios no cambia como las sombras que se desplazan (Santiago 1:17). Él no es, como muchos de nosotros, caprichoso, inestable, fiel un día e infiel al siguiente; Él siempre es quien dice ser, y dice que es el dador de todo buen y perfecto regalo.

A veces la vida dificulta creer que esto es realmente quién es Dios. Y nuestras experiencias, especialmente en relación a las inconsistencias de las personas significativas, comienzan a influir en nuestra perspectiva de la naturaleza de Dios. No “sentimos” que Dios sea consistente, entonces debe no serlo. Nadie más lo ha sido; ¿por qué él sería diferente?

En estos momentos, tenemos la oportunidad de decidir en qué pondremos nuestra confianza: ¿será en nuestra propia comprensión e interpretación de nuestras circunstancias? ¿O será en lo que Dios ha dicho de sí mismo en su Palabra?

Él ha dicho que no cambia. Él ha dicho que es el dador de TODO buen y perfecto regalo. Cuando nos aferramos a esto, sin importar las circunstancias, crecemos en madurez y comenzamos a parecernos más a Cristo.