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“Renovando Nuestro Entendimiento” Ayer vimos la disciplina diaria de ponernos toda la armadura de Dios y la nueva forma de ver ello—la idea de que cuando nos ponemos toda la armadura de hecho nos estamos poniendo a Cristo. Hoy veremos la disciplina diaria de renovar nuestro entendimiento. El simple hecho de vivir en un mundo caído y lidiar con cada día tiene su dificultad y nos representa un desafío. Añádale nuestros reveses específicos de la vida y la seguridad de tener un enemigo espiritual que busca perturbar, desanimar, distraer y finalmente destruir nuestras vidas. Sin la disciplina de la lectura diaria de la Palabra de Dios y sin permitirle que transforme la forma en que pensamos, y por consiguiente que renueve nuestro entendimiento, quedamos impotentes para luchar contra las argucias del enemigo. Ser transformados por la renovación de nuestro entendimiento nos da la capacidad de discernir entre el hecho y la ficción, la verdad y las mentiras, lo correcto y lo equivocado, y lo bueno y lo malo. Si quedamos solos para tomar decisiones difíciles y para enfrentar las verdaderas pruebas y temores de la vida, nos limitamos a vivir una vida derrotada y a creer las mentiras del enemigo que plantea la pregunta, “¿ En verdad dijo Dios eso?” El tiempo diario en la Palabra de Dios nos permite conocer, entender, comprender, creer y confiar en las promesas de Dios. Su Escritura nos permite conocer la verdad y así poder detectar una mentira que viene del infierno. Llegue a conocer la voz de Dios (Su voz que afirma, ama y calma) y será capaz de distinguir entre la voz de engaño, condenación y temor del enemigo. Me pongo a pensar en la canción del grupo Casting Crowns, “La Voz de la Verdad.” Escuche la letra: “Y la voz de la verdad dice, ‘No tengas miedo.’” ¡Hay un arma en contra del temor! Conocer y confiar en la verdad de la Palabra de Dios. Cuando dejamos que renueve nuestro entendimiento todos los días esto se convierte en uno de nuestros instrumentos de pelea más poderosos. Reflexione en esto, lea los pasajes bíblicos de hoy y ármese con la verdad de la Palabra de Dios.