La Importancia de la OraciónSample

Semana 4 - Día 2

Dios Recuerda

Lectura: 1 Samuel 1:1–20

DEVOCIONAL: 1 Samuel 1:10, 19–20

"ella, con gran angustia, oró al Señor y lloró desconsoladamente. Se levantaron de mañana, adoraron delante del Señor y volvieron de regreso a su casa en Ramá. Elcana se acostó con Ana su mujer, y el Señor se acordó de ella. Aconteció que al cumplirse el tiempo, después de haber concebido Ana, dio a luz un hijo, y le puso por nombre Samuel, «por cuanto —dijo— se lo pedí al Señor»"

Ana le había pedido fervientemente al Señor un hijo. Su esposo la amaba, la cuidaba y proveía para ella. Pero Penina, la segunda esposa de Elcana, tenía muchos hijos y ridiculizaba a Ana por su esterilidad día tras día. Ana soportó no solo el anhelo y la espera en su propio corazón, sino también el oprobio y la vergüenza de los demás.

Sin embargo, incluso en su angustia, Ana permaneció fiel al Señor. Ella continuó buscándolo, confiando en que solo Él podría cambiar su situación y satisfacer su deseo más profundo. Aunque estaba tan angustiada que ni siquiera podía comer, Ana buscó al Señor. Ella le derramó su corazón. No trató de ocultar sus anhelos o su decepción ante Dios. Ella se presentó ante Él, suplicándole que mirara su sufrimiento y le diera un hijo.

Dios se acordó de Ana. Dios nunca la había olvidado, pero recordó su angustia y se movió de tal manera que alivió su sufrimiento. Dios concedió la petición de Ana de tener un hijo cuando ella ofreció su oración sincera. Dios respondió a Ana solo por Su bondad.

Dios es fiel y responde a las oraciones. Podemos ser persistentes en nuestras oraciones a Él, continuar buscándolo y pidiéndole los deseos de nuestro corazón. Siempre que nos acerquemos a Dios con una postura de adoración y humildad, recordando que Él es un Dios santo, podemos ser honestas y reales con nuestros deseos. Si bien es posible que Él no nos responda de la manera en que respondió a Ana, hay más bendiciones en la oración que solo la respuesta. La bendición de la oración está en la capacidad de ser vulnerables y abiertas ante el Señor, dirigiéndonos a Él y poniendo nuestro corazón a Sus pies.

Oración

Dios Padre, Tú eres el Dios cuyo amor persevera conmigo en cada situación. Señor, ayúdame a soportar cuando crea que no me queda nada más. Ayúdame a continuar alabándote y adorándote cuando no pueda ver Tu trabajo. Recuérdame que nunca duermes ni te adormeces, sino que estás en constante actividad en mi vida. En el nombre de Jesús, amén.