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Estamos acostumbrados a realizar celebraciones por cumpleaños, días festivos, grandes eventos o incluso sin motivo alguno. Pero no siempre nos tomamos el tiempo para celebrar lo que Dios está haciendo en nuestras vidas y en las vidas de los demás. Tomarse el tiempo para hacer una pausa y reconocer que Dios tiene un papel que desempeñar en nuestras vidas, como dador de todas las cosas buenas, ¡puede ayudarnos a crecer en nuestra fe!  

La próxima vez que estés celebrando algo, tómate un momento para pensar en cómo Dios jugó un papel en el motivo de esa celebración.