Pensamientos y OraciónSample

Escrito por Emma, 15 años  de Milledgeville, GA, EE. UU.

¿Alguna vez te ha dado vergüenza orar? Quizás no sabías qué decirle a Dios, o pensaste que no eras lo suficientemente bueno para orar. No importa quién eres o qué tan cerca estás de Dios, siempre puedes orarle. Tampoco importa donde estés. Podrías estar en medio del estacionamiento de Walmart orando. Ni siquiera tienes que cerrar los ojos. Simplemente puedes hablar con Dios. Puede que no pienses que orar sea hacer algo o que Dios no está escuchando, pero eso es lo opuesto a la verdad. Dios siempre está ahí y siempre te está escuchando. Es posible que la respuesta a tus oraciones no llegue cuando lo deseas, pero Dios está contigo. 

Descubrí que después de hablar con Dios me siento más cerca de Él y empiezo a darme cuenta más de cómo Dios está obrando en mi vida. Orar te acercará más a Dios, incluso si no sucede de inmediato. Como dice Pablo en este versículo, en todo lo que hagas, nunca dejes de orar. Ya sea en momentos de estrés y enojo, o incluso cuando eres más feliz que nunca, Dios quiere conectarse contigo a través de la oración. 

Esta semana, intenta hacer un esfuerzo intencional para pasar más tiempo hablando con Dios. Te sorprenderá cómo mejorará tu semana.