AcércateSample

La Palabra de Dios y el Espíritu Santo son esenciales para sacar a la luz la pecaminosidad de nuestros corazones y llevarnos al arrepentimiento. Sin la luz de la Palabra de Dios, nuestros corazones oscuros no pueden despertarse a nuestra necesidad de un salvador.

A la luz de la salvación que vino a través de la obra del Espíritu en sus vidas y la Palabra eterna de Dios, Pedro exhorta a su audiencia a "amarse unos a otros con fervor desde un corazón puro". No es fácil amar a otros pecadores. Pero cuando recordamos nuestra propia depravación y la bondad de Dios con nosotras proporcionándonos el sacrificio perfecto, puede ser más fácil extender el mismo perdón y gracia a los demás.

Fue el Espíritu que obró en nosotras llevándonos al arrepentimiento. Ese mismo Espíritu es el que nos dará la fuerza y la capacidad de amar bien a los demás. No es que necesitamos amarnos los unos a los otros como si fuéramos de la familia. ¡Podemos amarnos unos a otros porque somos familia!

¡Señor, gracias porque Tu Palabra es viva y eterna! Por Tu Palabra nos llamaste del reino de las tinieblas a tu Tu luz admirable. Ayúdanos a amarnos profundamente desde el corazón, porque en Ti somos verdaderamente una familia. Amén.