Motivación más movilización es igual a multiplicaciónSample

## Multiplicación La grandeza de la iglesia fue que ellos se extendieron no a través de un ungido o una campaña de milagros de un gran apóstol, sino de lo que habían creído; por tal motivo, iban por todas partes. Mientras la iglesia piense que su movilización y conocimiento, depende de la unción de un «gran apóstol», «profeta o evangelista», no logrará el impacto e influencia necesaria, para tener un efecto multiplicador. El «ven y recibe», genera una mentalidad de salero. Viene, entiende conoce y recibe la fe, entonces dice: soy salvo y la sal de la Tierra. La mentalidad de salero es que se encierra y compacta. ¿Sirve de algo la sal dentro de un salero? Es sal, pero, ¿dónde está puesta? La sal dentro de un salero sirve para adorno de la mesa. A nivel de congregación hay muchas personas que son un adorno, pero no sirven para nada. Mentalidad de salero: soy salvo, el Señor está en mí y soy la sal de la Tierra metida dentro de un salero. Cantamos, pero no se tiene un contacto, a menos que se salga del salero y tenga la presencia para una influencia y venga el contagio, crea un efecto en lo que toca. Cuando el emperador Tertuliano recibió el informe de uno de sus senadores acerca del por qué esa expansión tan amplia de la ekklesía , ellos lo llamaron plaga, ¿cómo esa plaga se había regado por todo el imperio? Entonces empezaron a hacer un estudio sociológico del efecto pandémico de esos creyentes. No tienen un líder que los dirija, están dispersos, pero tienen fuerza, hay testimonios en cada lugar, trastornan el mundo entero donde llegan, se crea un efecto, las personas son vueltas a la fe, se convierten de los ídolos al Dios vivo, sus vidas son diferentes, penetran la economía, están en todas partes, hasta en la casa del Cesar están metidos. ¿Cómo hacen? El informe que él recibe es que son como un contagio, es decir lo que ellos tocan es afectado. ¿Sabe que sucede con una peste, plaga o virus? Todo lo que toca se contagia. Desde el sentido sano de la comparación eso somos, personas contagiadas del virus del amor y la gracia de Dios. Tenemos en nuestra vida un contagio celestial que nadie nos puede vacunar contra eso. Todo lo que toquemos tiene que ser afectado.