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30 Días en Los Salmos

DÍA 7 DE 30

Día 7: Salmos 42–43

El Libro II del salterio comienza con un par de oraciones que se unen por su refrán común. El adorador empieza su oración desde un lugar de anhelo: "Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, Así clama por ti, oh Dios, el alma mía. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo; ¿Cuándo vendré, y me presentaré delante de Dios?" (42:1–2). Pero rápidamente se distrae de esa búsqueda enfocada en Dios, desviado por la presión ego-céntrica de sus circunstancias actuales. Así que tres veces él se interrumpe, corrigiendo su reflexión con una reflexión personal diferente. Se dirige a sí mismo, recordándose que no importa cuáles sean sus circunstancias, la oración y la adoración son la elección correcta. "¿Por qué te abates, oh alma mía, Y te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío." (42:5, 11; 43:5).

¿Cuáles son las circunstancias y experiencias que distraen al salmista de la adoración y alabanza? Parece que ha estado experimentando una crisis de fe, suscitada por la pérdida de intimidad con Dios y la aparente pérdida del favor de Dios. Antes él dirigía a otros en la adoración (42:4); ahora ha perdido su plataforma pública, y sus enemigos lo están avergonzando por el cambio en sus circunstancias. ¿Dónde está tu Dios ahora? le dicen de burla (42:3, 10). El salmista batalla con la desesperación, tal vez con la depresión; escuchamos el sonido de su desánimo. Mis lágrimas han sido mi comida día y noche (42:3). Clama a Dios: ¿Por qué tengo que andar de luto, con las palabras de mis adversarios golpeándome como martillos que aplastan mis huesos? (42:9–10). Fuera lo que fuera lo que él ha experimentado, ha sido visible al público, y ha generado críticas, juicios y hostilidad públicos de sus enemigos engañosos e injustos (43:1), quienes se burlan de él por haber confiado en un Dios que aparentemente lo ha abandonado.

El salmista sabe que estos adversarios hablan mentiras, y la oración en los Salmos 42 y 43 es una lucha feroz para evitar que esas mentiras lleguen a residir en su mente y corazón. Él pelea en tres frentes. Primera: ¡Permanece en la conversación! Sigue hablando con Dios, no importa cuán distante que él parece estar. Segunda: Elige la Esperanza en vez de la desesperación, porque la Esperanza se arraiga en el carácter probado del Dios que es su ayuda y su defensor. Tercera: Deja a los enemigos en las manos de Dios, confiando que el Señor va a hacer justicia. Los adversarios serán juzgados por Dios (no por la venganza humana) y el salmista será guiado para que salga de las tinieblas de la opresión para habitar en la luz (43:1–3).

¡Hoy es un buen día para permanecer en la conversación con Dios, aunque estés pasando por una temporada en la que él parece estar distante de ti! Espera en Dios, porque una vez más lo alabarás, tu ayuda y tu Dios!

Acerca de este Plan

30 Días en Los Salmos

La mayoría de las Escrituras son la palabra de Dios dada a los seres humanos, pero el Libro de los Salmos registra palabras humanas dirigidas a Dios. Estas oraciones y canciones muestran a personas de fe decididas a mantenerse conectadas a Dios sin importar sus circunstancias. La confesión, el lamento, el ruego, la acción de gracias, la alabanza—todos los elementos de nuestra relación con Dios están presentes. Los 150 salmos se dividen en cinco “libros”; durante estos 30 días, vamos a contemplar y orar seis salmos de cada libro. Todos dirigirán nuestra mirada al Dios que nos ama.

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Nos gustaría agradecer a One Mission Society por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: onemissionsociety.org