30 Días en Los SalmosMuestra

Día 5: Salmo 19
En el Salmo 19, el poeta se prepara para la oración reflexionando en dos formas hermosas por las que Dios se ha revelado a los seres humanos. Primero, contempla el testimonio sin palabras de la creación (vv. 1–6). En un lenguaje reminiscente del Salmo 8, el salmista observa cómo los cielos revelan la gloria del Dios Creador. Tanto el firmamento nocturno como el sol radiante “hablan” y “declaran” la gloriosa obra de Dios por toda la tierra. Este testimonio es sin palabras, pero es visible y accesible a todo ser humano en todo lugar del planeta, así que es un buen punto de partida.
Después el escritor dirige su atención a la revelación más explícita de Dios que se halla en su palabra (vv. 7–11). El poeta acumula términos para la expresión específica del carácter y la voluntad de Dios en lenguaje humano—ley, decretos, preceptos, mandamientos, ordenanzas. En vez de ser una carga pesada o difícil de llevar, la expresión clara de la voluntad de Dios en la palabra de Dios es perfecta, cierta, correcta, precisa, pura, verdadera, totalmente justa y altamente deseable. Los caminos de Dios tal y como son expresados en la palabra de Dios tienen efectos restauradores y que dan vida: las almas se renuevan, los necios se hacen sabios, los corazones se regocijan y los ojos se iluminan. Vivir de acuerdo con la palabra de Dios es dulce, rico y gratificante.
Habiendo contemplado el testimonio sin palabras de la creación y habiendo reconocido el poder de la palabra de Dios para restaurar y dar vida, el salmista está preparado para levantar su oración (vv. 12–14). Es realmente una sola oración, expresada desde tres ángulos distintos; repetirla tres veces de tres maneras paralelas subraya cuán importante es esta petición. En su esencia, la oración del salmista le ruega a Dios: Guárdame del pecado, para que nada estorbe mi relación contigo. Primero, lo expresa así: Líbrame de fallas ocultas (v. 12). Sabe que el pecado es engañador y que frecuentemente no vemos nuestros propios errores; por eso pide que la gracia iluminadora de Dios le ayude a verse correctamente. En segundo lugar, ora que Dios le guarde de los insolentes (o arrogantes), para que él no absorba sus hábitos altivos (v. 13). Finalmente, somete sus palabras y pensamientos al escrutinio de la palabra de Dios y del Espíritu de Dios: “Sean gratas las palabras de mi boca y la meditación de mi corazón delante de Ti, Oh Señor, roca mía y Redentor mío".
¡Hoy es un buen día para poner tu vida delante del Señor en oración y para darle la bienvenida al examen y la corrección de la Palabra inspirada por su Espíritu!
Escrituras
Acerca de este Plan

La mayoría de las Escrituras son la palabra de Dios dada a los seres humanos, pero el Libro de los Salmos registra palabras humanas dirigidas a Dios. Estas oraciones y canciones muestran a personas de fe decididas a mantenerse conectadas a Dios sin importar sus circunstancias. La confesión, el lamento, el ruego, la acción de gracias, la alabanza—todos los elementos de nuestra relación con Dios están presentes. Los 150 salmos se dividen en cinco “libros”; durante estos 30 días, vamos a contemplar y orar seis salmos de cada libro. Todos dirigirán nuestra mirada al Dios que nos ama.
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Nos gustaría agradecer a One Mission Society por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: onemissionsociety.org
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