30 Días en Los SalmosMuestra

Día 14: Salmo 75

El Salmo 75, como el 73, se asocia con Asaf, un poeta-músico que era contemporáneo del Rey David (1 Crón. 15:17, 19). El Salmo 75 en realidad contempla la misma situación que el Salmo 73—el destino de los malvados. Pero esta vez el salmista se acerca a ella desde un punto de partida de gratitud en vez de lamento.

Esta es claramente una oración colectiva—toda la comunidad de fe eleve su voz al unísono. "Gracias te damos, oh Dios, gracias te damos, Pues cercano está tu nombre;" (v. 1). Y Dios responde—una hermosa ilustración de la naturaleza bidireccional de la oración. El Señor habla palabras de seguridad para su pueblo, para los que contemplan el destino de los malvados: "Al tiempo que señalaré Yo juzgaré rectamente. Se arruinaban la tierra y sus moradores; Yo sostengo sus columnas. Selah" (vv. 2–3).

Después oímos la voz solista de Asaf. Sorprendentemente, él se dirige directamente a los malvados, dándoles una advertencia severa contra la jactancia y el uso de palabras insolentes y egoístas (vv. 4–5). La razón por esta amonestación es la realidad que Dios acaba de expresar, la que Asaf vio tan claramente cuando llevó su lamento a la presencia de Dios (Sal. 73:17–20). El Señor mismo ejecutará el juicio, el cual Asaf visualiza como una copa espumosa de vino que los malvados tendrán que beber, hasta el fondo (vv. 6–8).

Ahora este poeta-cantante parece volver a la comunidad de adoradores, guiándolos en una alabanza llena de gratitud. "Pero yo siempre anunciaré Y cantaré alabanzas al Dios de Jacob." (v. 9). Después de la alabanza, Dios habla de nuevo, con otra declaración de seguridad que hace eco con el Salmo 1: Quebrantaré todo el poderío de los pecadores, Pero el poder del justo será exaltado (v. 10). El salmo concluye con esa nota resonante de promesa.

Hoy es un buen día para alabar al Señor—y para invitar a tu comunidad a unirse contigo en celebrar sus promesas para los justos.