30 Días en Los SalmosMuestra

Día 17: Salmo 84
En el Salmo 84, oímos otra voz en la oración: la de los “hijos de Coré”. Como Asaf, estos eran probablemente músicos y directores de alabanza en el templo. Esto hace que esta oración, probablemente compuesta durante el exilio, suene particularmente conmovedora y emotiva. La canción tiene tres estrofas: la primera (vv. 1–4) y la tercera (vv. 9–12) expresan el anhelo profundo de los cantantes de estar en los atrios del Señor, en la casa de Dios. Para un pueblo que vivía exiliado, con su templo en ruinas, probablemente existe la tentación de convertir esta oración en un ejercicio de nostalgia. Pero casi inmediatamente este anhelo por lo perdido (el templo físico) se convierte en una celebración gozosa de estar en la presencia de Dios—aun en la ausencia del templo. Esta oración no es simplemente anticipatoria—no simplemente contempla un gozo futuro, cuando el exilio haya terminado y el templo esté reconstruido; también es un reconocimiento creciente de que aun en medio de “la noche oscura” del exilio, la presencia de Dios está continuamente con ellos.
Los hijos de Coré proveen para nosotros una hermosa letra que podemos usar para celebrar la presencia de Dios—aun cuando nos parece que está ausente. Nos dan palabras que podemos usar para agradecer a Dios por su cuidado—aun en los momentos cuando las circunstancias sugieren una falta de cuidado divino. Esta letra se concentra firmemente en las realidades reveladas, y cantarlas involucra tanto el cuerpo como el alma. "Mi corazón y mi carne cantan al Dios vivo" (v. 2). Es muy fácil imaginar que esta canción se acompaña con danza y aplausos.
Usando un lenguaje que hace eco con el Salmo 1, los cantantes describen la fuente de “bendición” o “felicidad”—vivir en la presencia del Señor (v. 4), hallar fuerza en el Señor (v. 5), confiar en el Señor (v. 12). Su alabanza gozosa en medio de una temporada muy difícil se enfoca en proclamar en voz alta quién es su Dios fiel: él vive (v. 2), él es su Rey (v. 3), él es supremo sobre todos los demás poderes (v. 7), él es su sol y su escudo (v. 11), él es el Dador de regalos generosos a su pueblo fiel (v. 11). Ellos concluyen con un grito resonante: Oh Señor de los ejércitos, ¡bienaventurados son todos los que confían en ti!
Si tú te encuentras en “una noche oscura del alma” cuando Dios parece estar lejos o cuando has perdido algo que antes te ayudaba a sentir la presencia de Dios, hoy es un buen día para mirar más allá de tus circunstancias a las realidades reveladas y para celebrar su presencia, su bondad y su cuidado fiel.
Escrituras
Acerca de este Plan

La mayoría de las Escrituras son la palabra de Dios dada a los seres humanos, pero el Libro de los Salmos registra palabras humanas dirigidas a Dios. Estas oraciones y canciones muestran a personas de fe decididas a mantenerse conectadas a Dios sin importar sus circunstancias. La confesión, el lamento, el ruego, la acción de gracias, la alabanza—todos los elementos de nuestra relación con Dios están presentes. Los 150 salmos se dividen en cinco “libros”; durante estos 30 días, vamos a contemplar y orar seis salmos de cada libro. Todos dirigirán nuestra mirada al Dios que nos ama.
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Nos gustaría agradecer a One Mission Society por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: onemissionsociety.org
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