Rasgado: Confiar en Dios cuando permite que otros te lastimenMuestra

La pregunta que me atormentaba sobre la extraordinaria historia de José era: ¿realmente tuvo que tomar tantos años? ¿No podría Dios haber logrado los mismos propósitos para su vida y la de los israelitas sin tanto drama? Seguramente Dios, siendo, ya sabes, Dios, podría lograr Sus propósitos en el mundo con un chasquido de dedos, como Thanos de Marvel. A primera vista, esa parece una expectativa lógica, ¿no es Él todopoderoso?

En mi situación, muchos amigos intentaron animarme con las palabras: "Dios tiene un propósito, Él es fiel y todavía tiene un plan para tu vida. Esto también pasará". Aunque mi mente sabía que era cierto, mi corazón se quejaba: "¡¿No puede cumplir sus propósitos de una manera menos dolorosa y más rápida?!"

Sin embargo, a lo largo de todas las noches de llanto y los días en los que era difícil respirar, hubo una gracia inconfundible que me sostuvo. A veces, era tan brillante como el sol, aunque mi corazón estuviera adolorido. Otros días, era tan tenue como la luz de una vela, pero siempre estaba presente. Los hijos de Dios nunca están solos, Su gracia SIEMPRE nos cubre, Su amor es siempre constante, incluso cuando no lo sentimos. Incluso cuando huimos de Él. Él nunca deja de llamarnos, invitándonos de nuevo a la intimidad con Él y a la seguridad de Su refugio.

Por muy difícil que haya sido mi camino, ni siquiera se compara al de José. Fue atacado físicamente, su túnica rasgada, vendido por sus hermanos, comprado como esclavo en una tierra extranjera, acusado falsamente y condenado por acoso sexual, enviado a la cárcel y separado de su familia por más de 20 años. Pocas personas experimentan uno de esos escenarios, mucho menos todos combinados.

Antes de que continuemos analizando la historia de José, hablaremos sobre tres preguntas que prepararán el camino para entender su historia, y la nuestra, de una manera mucho más profunda y sanadora:

1. Si Dios tenía un propósito con la historia de José, ¿significa que Él orquestó las cosas malas que le sucedieron?
2. ¿Cuál fue el propósito de Dios a través de lo que José atravesó?
3. ¿Qué impacto tiene eso sobre mí?

¿Dios lo orquestó?

Si Dios tuvo un propósito a través de todas las cosas que José experimentó, ¿significa acaso que Él orquestó el mal que le hicieron a José? De la misma manera, ¿orquestó las cosas malas que me sucedieron? ¿O las que te sucedieron a ti? No. Dios es amor y en Él no hay inclinación al mal, porque eso va en contra de Su propia naturaleza. Es imposible para Él hacer el mal. Sin embargo, Dios también es justo. Él le dio a la humanidad libre albedrío, así que Él obra alrededor, a través y a pesar de lo que otros nos hagan.

¿Dios lo causó? No.

¿Él lo permitió? Sí.

Cómo respondamos a estas dos preguntas tendrá una influencia incalculable en la trayectoria de nuestras vidas. Yo luché con estos pensamientos por mucho tiempo. Mi fe se tambaleaba y mi mayor deseo era reconciliar la capacidad de continuar mi relación con Dios en la confianza de que Él no me había defraudado, que Él todavía merecía mi confianza y que nada podría cambiar Su amor por mí.

No se trataba de renunciar a mi fe; estoy convencida del Evangelio sin importar mis luchas personales. Más bien, era la incredulidad con respecto al amor de Dios y Sus mejores intenciones hacia mí. Estaba herida. Me sentía decepcionada. Intenté cambiar el enfoque de mis pensamientos y oraciones sobre mi situación a Su sacrificio en la cruz, Su misericordia y Su amor para poder disfrutar de la intimidad que había conocido con Él durante tres décadas. Pero había un 'elefante en la habitación' entre el Señor y yo. "Estoy tratando de confiar en Ti para otras cosas, pero ¿qué vamos a hacer con este problema, Jesús? Si no interviniste a mi favor en este aspecto tan importante, ¿puedo realmente confiar en que obrarás en estos asuntos menores?"

¿Alguna vez te has sentido así? Tal vez sigues las rutinas de la vida cristiana, pero hay una parte de ti que se ha rendido.

El primer amor que una vez sentiste por el Señor ha desaparecido. Te cuesta orar o no tienes motivación para estudiar la Palabra. Si eres como yo, incluso podrías tener problemas para cantar algunas canciones en la iglesia o escuchar sermones "alegres".

También puede ser difícil escuchar mensajes sobre el sufrimiento y el dolor si sabes que la persona compartiendo la enseñanza no ha sufrido ni un día en su vida. Estoy siendo totalmente transparente. Argumentas mentalmente con el predicador: "Para ti es fácil decirlo, tu vida es perfecta". ¿Me equivoco? Tal vez estás discutiendo mentalmente conmigo en este momento. "Pasaste por un divorcio, señora. Supéralo. Millones de personas se divorcian. Yo fui __________________ (llena el espacio en blanco). Eso es un verdadero trauma".

Sé que algunas personas pasan por horrores indescriptibles que hacen que mi situación parezca totalmente insignificante, pero he aprendido que tratar de medir o comparar el dolor es inútil e imposible.

Mañana hablaremos sobre el engaño del dolor y la permisividad de Dios.