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Rasgado: Confiar en Dios cuando permite que otros te lastimen

DÍA 9 DE 30

¿Cuál era el propósito de Dios?

Al leer el capítulo 37, me di cuenta de que no podía interpretar sus acciones sin el contexto de ese trasfondo. El capítulo 37 es una continuación destructiva del patrón habitual de esta familia.

No creo que José compartió sus sueños con sus hermanos inocentemente, más bien estaba repitiendo el patrón que aprendió a través de años de drama familiar. Una familia acostumbrada a mentiras constantes, celos, falta de autoestima y valor, y a luchar por el afecto de su padre. No estoy justificando de ninguna manera las acciones de los hermanos o culpando a José por incitarlos a lastimarlo.

Pero nuestras historias deben ser consideradas en el contexto de la interconectividad con las personas que nos rodean. Nuestras acciones afectan nuestras vidas, las vidas de aquellos cercanos a nosotros y las vidas de personas que nunca conoceremos. Cuando comprendo que Dios tiene que trabajar cada una de esas historias de una manera que se alinee con Sus planes para mi vida, Sus planes para las personas que me rodean, e incluso Sus planes para el mundo, la forma en que enfrento situaciones cambia gradualmente. No elimina el dolor, pero me ayuda a ver las cosas bajo una luz diferente y a entender por qué algunas cosas toman mucho tiempo, sin atajos disponibles.

Entonces, ¿cuál era el propósito de Dios en esta historia? ¿Por qué esta familia? Miremos con el lente amplio y consideremos las palabras de Dios a Abraham:

"El Señor dijo a Abram: «Deja tu tierra, tus parientes, la casa de tu padre y ve a la tierra que te mostraré. Haré de ti una nación grande y te bendeciré; haré famoso tu nombre y serás una bendición. Bendeciré a los que te bendigan y maldeciré a los que te maldigan; ¡por medio de ti serán bendecidas todas las familias de la tierra!»" (Génesis 12:1-3 NVI)

¿Notaste que tú y yo estamos incluidos en esa profecía? "TODAS las familias de la tierra...". Luego, Dios añadió más detalles sobre Su propósito a través de los descendientes de Abraham e introdujo algo nuevo, una petición para Abraham:

"Cuando Abram tenía noventa y nueve años, el Señor se apareció y dijo: —Yo soy el Dios Todopoderoso. Anda delante de mí y sé íntegro.Así confirmaré mi pacto contigo y multiplicaré tu descendencia en gran manera." (Génesis 17:1-2 NVI)

En ese encuentro, Dios reveló Su deseo de integridad o rectitud en la vida de Abraham: "anda delante de mí y sé íntegro". Hay más en los versículos 5-8:

"Estableceré mi pacto contigo y con tu descendencia, como pacto eterno, por todas las generaciones. Yo seré tu Dios y el Dios de tus descendientes. A ti y a tu descendencia daré, en posesión perpetua, toda la tierra de Canaán, donde ahora vives como extranjero. Y yo seré su Dios.”

Oh, amigo, ¿puedes verlo? Para Dios hay una sola línea de tiempo. Una sola historia. Su historia. La historia que comenzó en el Jardín del Edén y que terminará cuando el pecado sea derrotado finalmente y Su diseño perfecto para la humanidad se cumpla. Y tú, yo y nuestras historias somos parte de esa línea de tiempo. Somos parte de Su historia y de esa misma promesa. Su propósito final es atraer a Sus hijos de vuelta a Él. Su deseo se expresa desde el principio: ¡Él quería ser su Dios!

Si no había nada particularmente especial en Abraham cuando Dios lo llamó, ¿por qué fue él? Los propósitos de Dios se aclaran a medida que continúa revelando y recordando la promesa a Abraham:

"Yo lo he elegido para que instruya a sus hijos y a su familia, a fin de que se mantengan en el camino del Señor y pongan en práctica lo que es justo y recto. Así el Señor cumplirá lo que ha prometido." (Génesis 18:19 NVI)

Dios no estaba interesado solamente en bendecir a esta familia, quería enseñarles a vivir. Quería ser su Dios y, por lo tanto, mostrarle al mundo cómo vivir en justicia y rectitud, y no según su propia interpretación de lo que era correcto o incorrecto. Dios usaría a esta familia para efectuar cambios en corazones individuales, naciones y en todo el mundo (ahí es donde nosotros entramos en la historia).

Sin embargo, Dios iba a hacer eso a través de las increíbles complejidades que nuestro pecado y nuestra humanidad trajeron al panorama, y de acuerdo a los atributos de un Dios perfecto, justo, inmutable y amoroso.

Este era Su propósito: que a través de esta familia, con todos sus defectos, miles de años después, tomaría la forma de humano a través de Su hijo Jesús, para, de una vez por todas, convertirse en el sacrificio que tomaría todos nuestros errores y los intercambiaría por la promesa de un resultado glorioso.

Hasta el capítulo 37 de Génesis, la familia de Abraham no estaba dominando la parte de hacer “lo que es justo y recto". Lo que leemos entre líneas de lo que sucedió con José y sus hermanos es una clara evidencia de que necesitaban ayuda en ese departamento urgentemente. Hasta ahora, era una familia caracterizada por todo menos justicia. Eran celosos, codiciosos, violentos, asesinos (consulta Génesis 34), engañadores, mentirosos y más. No precisamente el propósito que Dios le había revelado a Abraham, ¿verdad?

Dios quería construir una nación, pero quería construir una nación diferente. Había muchos patrones que necesitaban ser rotos en esta familia, y el quebrantamiento a menudo puede ser lo que provoca el romper patrones.

¿Hay algún patrón en tu vida o familia que necesite ser roto? Tal vez ha habido un patrón de alcoholismo en tu familia que ha engendrado situaciones dolorosas como el abuso, la violencia doméstica o la necesidad financiera. Tu desgarre podría ser un ejemplo de la devastación causada por ese patrón en acción.

Tal vez en tu familia hay un patrón de engaño. La mentira está tan profundamente arraigada en la dinámica familiar que es imposible confiar en los demás. Las personas se han engañado mutuamente, deudas se han acumulado durante años, y la fricción y tensión entre parientes incluso se han vuelto físicas. Es posible que un familiar te haya convencido de invertir en un negocio “seguro”, pero resultó ser una estafa que te costó la pérdida de todos tus ahorros.

Otros patrones que se pueden repetir incluyen infidelidad, abuso, falsas doctrinas, religiosidad (muchos han sido heridos por personas que dicen ser Sus discípulos, pero que lo niegan con sus acciones), robo, pereza, adicciones y muchos otros. Por muy terrible que sea tener nuestras vestiduras rasgadas, tú y yo tenemos la oportunidad de elegir romper patrones y alterar la trayectoria de nuestras vidas y las vidas de generaciones futuras.

¿Reaccionamos al ser desgarrados repitiendo esos patrones o elegiremos un camino diferente, el camino de la justicia?

Acerca de este Plan

Rasgado: Confiar en Dios cuando permite que otros te lastimen

Usando la historia de José como base, Rasgado aborda la lucha por reconciliar el amor de Dios con el dolor. Si nos ama, ¿por qué permite que otros nos lastimen? Este plan nos enseña cómo volver a tener esperanza e intimidad con Dios a pesar del sufrimiento, cómo confiar en Sus planes y poder para redimir nuestras historias, tener éxito en la tierra de nuestro aflicción y olvidar, fructificar y perdonar. Es una adaptación del libro en inglés "Rasgado: Confiar en Dios cuando permite que otros te lastimen" de Karenlie Riddering.

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Nos gustaría agradecer a Apertura812 por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: karenlie.wixsite.com/apertura