Un Matrimonio Que Da FrutoMuestra

Dominio propio: una virtud que protege tu amor

¿Sabes cuál es la causa de divorcio según la Biblia? Jesús dijo que es por la dureza del corazón (Mateo 19:8). Y ese corazón casi me lleva a perder mi matrimonio.

Durante nuestra crisis, empecé a enojarme por tonterías. Me duraba el enojo días. Dormía en otra habitación. Silenciaba al Espíritu Santo. Yo sentía con fuerza cómo Él me guiaba a ser humilde, a buscar estar bien con mi esposo... pero yo hacía todo lo contrario. Y en esa época, viví amargada y profundamente infeliz.

El matrimonio no se destruye de un día para otro. Se desgasta con cada palabra dicha sin pensar. Con cada reacción impulsiva. Con cada deseo que no se somete. Con cada emoción que se justifica con un “yo soy así”.

Por eso, esta expresión del fruto del Espíritu es tan poderosa: el dominio propio. Porque no puedes construir un matrimonio sólido si no eres capaz de gobernarte a ti mismo.

Jesús tenía dominio propio. Podía haber respondido con ira. Podía haber usado su poder para vengarse. Pero eligió el camino del amor, el perdón y la obediencia al Padre.

Y tú, como hijo de Dios, puedes reflejar esa misma actitud en tu matrimonio: cuando eliges callar una palabra hiriente, cuando decides apagar el teléfono para estar presente, cuando perdonas sin esperar venganza, cuando huyes de la tentación y eliges la fidelidad.

El dominio propio transforma el matrimonio porque convierte los “yo soy así” en “con la ayuda de Dios, puedo ser diferente”.

Y sí, no siempre será fácil. A veces caerás. Pero con cada oración, con cada esfuerzo, con cada vez que eliges el bien por encima del impulso... estás edificando una relación más fuerte y un corazón más parecido al de Jesús.

Espero que este plan te haya dado esperanza. Que te lleve a entender que la amistad con el Espíritu Santo es la más importante que puedes cultivar hoy. En nuestras fuerzas es difícil tener un buen matrimonio, pero donde se acaban tus fuerzas, empiezan las de Dios.

Vive tu relación con algo en mente: “Cada día haré sonreír a Jesús por la manera en que trato a mi pareja y a mis hijos". Si tu casa es un lugar de paz, créeme: entendiste de qué se trata el evangelio.

Oración

Espíritu Santo, necesito tu ayuda. Quiero tener dominio propio, quiero reflejar el carácter de Jesús en mis palabras, emociones y decisiones. Enséñame a responder con amor, a callar cuando es sabio, a actuar con sabiduría. Que mi matrimonio sea un lugar seguro. Amén.

Gracias por haber llegado hasta aquí. Mi oración es que este plan no se quede en palabras, sino que se convierta en evidencias visibles del fruto del Espíritu en tu matrimonio.

Con amor, Carolina Araque creadora de amorpinguino.com