Un Matrimonio Que Da FrutoMuestra

El gozo: No es lo que sientes, es lo que eliges
Cuando pienso en el gozo, me viene a la mente un amigo. Hace años era un actor muy famoso. Estaba en una fiesta y, en medio de una pelea, le dispararon, dejándolo inmóvil de la cintura para abajo.
Después de esa experiencia conoció a Jesús. Aunque médicamente era imposible tener hijos, ahora tiene dos. Hace poco estuvimos juntos en el mar. Había una silla de ruedas con unas llantas inmensas que nos permitió ingresarlo al agua, donde nadaba como un niño. Siempre que lo vemos, es feliz. Tan feliz que se nos olvida que, debido a ese incidente, sufre dolores tan fuertes que a veces le impiden dormir por las noches. Y no solo es feliz él: su esposa y sus hijos viven como si no hubiera limitaciones. Vas a su casa… y hay plenitud.
Como dice el Salmo 16:11 RVR1960: “(…) en tu presencia hay plenitud de gozo".
El gozo que ellos tienen no es fingido, ni viene de tener una vida perfecta. Es el resultado de vivir en la presencia de Dios.
Porque el gozo no depende de tener una relación perfecta, ni de que todo esté bajo control. El gozo no es lo mismo que la felicidad.
- La felicidad necesita que “todo esté bien”.
- El gozo, en cambio, brota desde adentro. Viene de saber que Jesús está contigo, incluso cuando el matrimonio pasa por temporadas secas, difíciles o inciertas.
Jesús le dijo a la mujer samaritana:
“(…) el que beba del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás (…) se convertirá en él una fuente de agua que brota para vida eterna" (Juan 4:14 LBLA).
Cuando esa fuente interior está activa, puedes tener gozo en medio del cansancio, ternura en medio del conflicto y gratitud, aun cuando tu pareja no sea exactamente como soñaste.
Porque cuando te casas con alguien, te casas también con sus dificultades. Según el psicólogo John Gottman, el 69% de los problemas en un matrimonio son perpetuos. Cosas como dónde vivir, cuántos hijos tener o cómo manejar las finanzas son temas que muchas veces no se resuelven, solo se transitan juntos con amor.
Por eso, la próxima vez que te veas tentado a comparar tu matrimonio con el que ves en redes, recuerda que eso te roba el gozo, y además que todos los otros matrimonios lidian con problemas de los cuales no sabes nada.
Es tu relación con el Espíritu Santo la que marcará la diferencia. Cuando Él habita en ti, el gozo no depende de las circunstancias. Puedes mirar tu matrimonio y decir: “No tengo el control… pero confío en quien sí lo tiene”.
Oración
Jesús, gracias porque no necesito fingir que todo está bien. Me conoces por dentro y aún así me das acceso a un gozo que no depende de lo externo. Hoy decido vestirme con ese gozo, no porque todo esté resuelto, sino porque Tú estás presente. Llena mi corazón y mi matrimonio con esa alegría que no se agota. Amén.
Escrituras
Acerca de este Plan

El fruto del Espíritu Santo es una obra única que se manifiesta en virtudes como el amor, el gozo, la paz, la paciencia, la bondad y la fidelidad. Este plan de 10 días te invita a reflexionar en cada una de estas cualidades y a aplicarlas en tu matrimonio de manera práctica y transformadora.
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Nos gustaría agradecer a Amor Pingüino por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: amorpinguino.com
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