Un Matrimonio Que Da FrutoMuestra

La paz: No es la ausencia de problemas, es la presencia de Dios
Un compañero del trabajo perdió a su esposa hace algunos años a causa de un cáncer de colon. El día que ella murió, estaban en la habitación cantando a Dios. Incluso con su último aliento, ella lo alabó.
Él contaba que en esa habitación había una paz imposible de describir. Y esa paz estaba también con él. Era un hombre enamorado de Jesús, y lo reflejaba. Siempre tranquilo, siempre con una sonrisa. Recuerdo la admiración que despertaba en los compañeros de trabajo.
En el matrimonio no siempre hay calma. Hay cuentas por pagar, niños llorando, silencios tensos, horarios apretados y, a veces, discusiones que se repiten como disco rayado. En ese ruido cotidiano, muchos creen que la paz llegará cuando todo “se solucione”, pero eso es un espejismo. La verdadera paz no llega cuando todo está en orden. Llega cuando Jesús reina en el corazón de cada uno.
Jesús lo dijo claro: “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo” (Juan 14:27 RVR1960). La paz del mundo depende de condiciones externas. La paz de Dios nace de una Presencia interna. Es posible estar en medio de una tormenta matrimonial y, aun así, vivir en paz, porque sabes que no estás solo, no estás perdido y no estás sin propósito.
Todo obra para bien
El hecho de que seamos hijos de Dios no nos exime de pasar por malos momentos. Pero hay un versículo que sostiene nuestra esperanza: “Sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien (…)” (Romanos 8:28 RVR1960).
Te soy sincera. En mis doce años de matrimonio, pasé tres años de crisis. No me gusta recordarlos, pero fue la época que más me enseñó. La madurez espiritual es real para quien sigue a Jesús. Yo aprendí a ser paciente cuando vi que mi ira estaba destruyendo el matrimonio. Aprendí a manejar las finanzas cuando tocamos fondo. Aprendí a perdonar cuando descubrí que el rencor me hacía más daño a mí que a él. Cada área de crisis me reveló una nueva oportunidad para crecer.
Cuando el matrimonio se ponga difícil, la Biblia nos da una alternativa concreta: “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús” (Filipenses 4:6-7 RVR1960).
No necesitas tener todo resuelto para tener paz. Solo necesitas saber a quién acudir. Pasa tiempo con Dios, háblale como si le contaras tus problemas a tu mejor amigo. Te lo digo por experiencia: no hay mejor terapia. La oración es el lugar donde las cargas cambian de hombro.
Oración
Jesús, reconozco que muchas veces he buscado la paz en una vida sin tensiones. Pero hoy entiendo que tu paz va más allá de mis circunstancias. Que no necesito que todo cambie para tener paz, necesito más de Ti. Habita en mi corazón y en nuestro hogar. Que la paz sea el fruto de tu presencia en nuestro matrimonio. Amén.
Acerca de este Plan

El fruto del Espíritu Santo es una obra única que se manifiesta en virtudes como el amor, el gozo, la paz, la paciencia, la bondad y la fidelidad. Este plan de 10 días te invita a reflexionar en cada una de estas cualidades y a aplicarlas en tu matrimonio de manera práctica y transformadora.
More
Nos gustaría agradecer a Amor Pingüino por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: amorpinguino.com
Planes relacionados

La Compasión De Jesús: El Corazón De Una Vida Misional Un Plan De Lectura De 10 Días

El Espíritu Santo en Lucas

El Espíritu Santo en Mateo

Sean Fructíferos

Volver a Lo Esencial

El Agotamiendo De Los Pastores Y La Paz De Cristo

La Captura Milagrosa

Amar Sin Filtro: Fe, Ruptura y Restauración

Humildad que Transforma
