Un Matrimonio Que Da FrutoMuestra

La fidelidad: decisión diaria que protege el pacto
En un mundo donde todo parece desechable, la fidelidad brilla como una joya rara. Las promesas duran hasta que incomodan. Los compromisos se cancelan con una excusa. Pero cuando el Espíritu Santo habita en nosotros, se refleja en una de las virtudes del fruto del Espíritu: la fidelidad.
Porque la fidelidad no es simplemente “no engañar”. Es permanecer, aún cuando hay razones para irse. Es recordar que el amor no es un contrato que se rompe cuando deja de ser conveniente… sino un pacto que se honra, incluso cuando es difícil.
En la Biblia, Dios no usa la palabra “contrato” para describir su relación con nosotros. Usa la palabra “pacto”. Un contrato se firma entre dos partes que buscan proteger sus derechos. Un pacto, en cambio, se sella con amor y busca el bien del otro. Es eterno. Es sagrado. Es lo que Dios hizo contigo.
Y es lo que Él espera que reflejes en tu matrimonio.
“Porque Yo detesto el divorcio», dice el Señor, Dios de Israel, «y al que cubre de iniquidad su vestidura», dice el Señor de los ejércitos. «Presten atención, pues, a su espíritu y no sean desleales»." (Malaquías 2:16 NBLA).
Tu fidelidad tiene un poder silencioso pero transformador. Es ese “sí” diario, aún cuando no hay mariposas, pero entiendes que el amor es una decisión, no un sentimiento y decides actuar en consecuencia. Es decirle a tu pareja con acciones: “Puedes contar conmigo. Estoy aquí. No por emoción, sino por decisión".
Y es que la fidelidad no solo protege tu relación. También revela tu madurez espiritual.
“El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel" (Lucas 16:10 RVR1960).
Cuando permaneces fiel en lo cotidiano —en lo que nadie aplaude, en lo que nadie ve— estás reflejando el carácter de un Dios que nunca abandona.
Hoy quiero invitarte a ver tu matrimonio con nuevos ojos: no como un contrato que puedes cancelar cuando el otro no cumple, sino como un pacto que se honra con la ayuda de Dios.
La fidelidad también es una herencia para tus hijos. Numerosos estudios han mostrado que crecer en un hogar donde hay un matrimonio sólido y saludable brinda mayor seguridad emocional a los hijos, mejora su autoestima y reduce su riesgo de ansiedad, depresión y conductas de riesgo en la adolescencia. Además, los niños que crecen en matrimonios estables tienen mayores probabilidades de prosperar en su vida adulta, tanto en salud como en educación y estabilidad financiera. Cuando tú decides honrar el pacto, no solo estás sembrando amor para hoy, estás construyendo un legado para las próximas generaciones.
Oración
Señor, gracias porque Tú eres fiel, incluso cuando yo no lo soy. Enséñame a amar como Tú amas: con perseverancia, con paciencia, con compromiso. Ayúdame a vivir mi matrimonio como un pacto, no como un contrato. Que mi fidelidad sea un reflejo de Tu carácter. Amén.
Escrituras
Acerca de este Plan

El fruto del Espíritu Santo es una obra única que se manifiesta en virtudes como el amor, el gozo, la paz, la paciencia, la bondad y la fidelidad. Este plan de 10 días te invita a reflexionar en cada una de estas cualidades y a aplicarlas en tu matrimonio de manera práctica y transformadora.
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Nos gustaría agradecer a Amor Pingüino por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: amorpinguino.com
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