Sin Filtros: Viviendo Como Verdaderos Hijos De DiosMuestra

Hoy en día la cultura cristiana evangélica se ha extendido por gran parte del mundo. Muchos conocen a alguien, o han oído acerca de nosotros. Pero de la misma forma algunos, haciéndose llamar cristianos, se exponen ante el mundo representando a Dios con tendencias panteístas, deístas, o con ideas que provienen del sincretismo, esto es, de mezclar ideas, creencias y doctrinas.

En otras palabras, son lo que la Biblia llama falsos maestros. Y es difícil detectarlos, a menudo, porque suelen ser personas agradables, con una moral aceptable y similar a la nuestra, con buena actitud hacia la gente en general. Sin embargo, todos tienen algo en común: no declaran a Jesús como Hijo de Dios ante los demás. Y esa es la clave, como nos enseña la Palabra, para detectar a esos falsos maestros que están tergiversando el Evangelio.

Somos quienes somos solamente por la obra redentora de Cristo. Y toda la identidad del cristiano no puede basarse en nada más que eso. Y de ahí debe provenir todo lo demás. Porque si no, corremos el peligro de perder el centro de nuestra fe, de nuestra salvación.

No hay nada en nosotros que pueda sustentar nuestras creencias. No somos poseedores de nuestra propia salvación, sino que esta es un regalo que le pertenece a Jesús. Y debemos permanecer atentos a cualquier corriente o idea que trata de poner un filtro de falsedad, maquillaje, o de «corregir» aquello que el mundo no asimila del Evangelio.

Debemos ser cuidadosos y cuidar nuestra mente para permanecer en Él.